El aglutinante que determina la creación de los pueblos es siempre el agua. Escasa, a veces rara, en gran parte de España explica que nuestros pueblos, de gran tamaño, sean numerosos. Inglaterra, donde el agua es obtenible por doquier, está sembrada de pueblos pequeños donde reinan una quietud, una paz y una serenidad todas entrañables e indescriptibles, y al mismo tiempo palpables, tangibles, respirables porque el aire está impregnado, como si fuese un perfume, de lo que me atrevo a describir como "Englishness". Son pueblecitos paradisíacos habitados por gente sencilla y noble, gente que no ha sufrido los avatares, las miserias, las crueldades de las guerras. Salvo los regalos de La Luftwaffe de Göering en los cuarenta. Las 21 millas (34Kms) que la separan del continente han determinado la historia del país. Han sido un cordón sanitario que los ha protegido de ejércitos invasores y al mismo tiempo aislado del continente. Las corrientes del pensamiento continental, como El Renacimiento, han tardado mucho, a veces siglos, en viajar esas 21 millas. Sin fronteras que proteger nunca hubo ejércitos potentes. Han tenido una buena marina. Los marinos tienen un amor en cada puerto, no se aburren en los cuarteles, esto explica que nunca haya habido interferencia militar en la vida política del país.

Como Carlos Fuentes creo en el Mestizaje, el yunque sobre el que se ha forjado, y se forjará, el destino de La Humanidad. No pude, sin embargo, evitar tristeza cuando esa "Englishness" se diluía en los años 60 cuando los pueblos del imperio invadieron la Metrópoli. Esa Inglaterra paradisíaca se difuminaba hacia el olvido. Los Bárbaros (extranjeros) se saltaban su puesto en las colas del autobús, es decir El Respeto al Próximo (prójimo) sobre el que está cimentada la vida social y la Civilización Inglesas era la víctima. Si a ello añadimos las invasiones de los "Europeos" podemos empezar a comprender que sean las zonas rurales las que más han apoyado el Brexit. Paradójicamente son las ciudades con gran número de inmigrantes las que, para proteger los beneficios obtenidos, también han votado Brexit. Londres ha sido masivamente pro EU. Mi hijo David, que vive en Londres, me dice hoy, con sentido del humor, que quiere luchar por "La Independencia de Londres". El Brexit rural se comprende desde una perspectiva de "Patriotismo Espiritual" del respeto a la Tradición y de la lucha por la supervivencia de la "Englishness".

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