La Resistencia

Luz Belinda Rodríguez

Parlamentaria andaluza por Almería

Inhabilitar al separatismo

Torra se desliza en estos momentos por la pendiente de la historia, camino del pudridero, sin apenas ruido

La inhabilitación de Torra apenas ha causado revuelo. Alguna declaración lastimera en línea con el habitual victimismo secesionista. Algún altercado sin demasiada importancia. Muy Lejos, desde luego, del terrorismo callejero desatado por los CDR en otras ocasiones. Transcurridos unos días desde que se hiciese pública la sentencia, los titulares de prensa están ya en otra cosa: en lo del virus, en las peleas del Ministerio de Sanidad con la Comunidad de Madrid o en el poco edificante debate entre Biden y Trump.

Una calma quizá debida a que la noticia se daba por descontada. Quizá porque los propios separatistas no tienen a Torra por un prócer y no le van a echar de menos, conscientes de que su paso del activismo subvencionado a la presidencia autonómica fue un accidente. Quizá porque el separatismo se encuentra muy dividido, en coherencia con sus postulados, y no ha podido articular una respuesta unitaria y firme. Sea como fuere lo cierto es que Torra se desliza en estos momentos por la pendiente de la historia, camino del pudridero, sin apenas ruido.

Tampoco los chicos de los recados del separatismo en Madrid, sus aliados de Podemos, le han puesto mucha pasión a la defensa de Torra. Se han limitado a calificar la sentencia de absurda e injusta. Demasiado poco para el ya expresidente, que ha culpado a Sánchez e Iglesias de su inhabilitación. El cumplimiento de la legalidad vigente y la consiguiente inhabilitación de Torra es una buena noticia, acostumbrados como estamos a la impunidad del separatismo. Pero está muy lejos de suponer la derrota final de su proyecto rupturista, que es el objetivo que debemos perseguir. Los secesionistas repondrán la pieza caída por otro peón y continuarán avanzando hacia la secesión. Continuarán porque las estructuras del golpe institucional siguen intactas. La "Generalidad" seguirá tras unas nuevas elecciones en manos de los golpistas. Todo el aparato de propaganda y medios de comunicación pagado con dinero público seguirá a su disposición. Seguirán adoctrinando en el odio a España en las escuelas. Y así, lo que no han conseguido por el momento terminarán por lograrlo en unos años si no ponemos remedio. Lo que hay que inhabilitar es al separatismo en su conjunto, ilegalizando cualquier organización -incluidos los partidos políticos- que persigan la mutilación de la indisoluble nación española. España tiene derecho a defenderse.

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