Carta del Director/Luz de cobre

Las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro

Con situaciones como esta no me extraña que no logremos desterrar el arraigado síndrome de esquina

L A Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se ha echado a un lado en las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro. No está dispuesta a firmar convenios de colaboración, aunque está abierta a colaborar en la medida de lo posible para alcanzar el éxito, de una idea que partió hace 34 años de Antonio Serrano. Lograron ser, junto con el Festival de Teatro Clásico de Almagro, un referente a nivel nacional e internacional. Hoy tratan de sobrevivir en un escenario plagado cada año de dudas sobre su continuidad. El Ayuntamiento de Almería, la Diputación Provincial, la Universidad y Roquetas de Mar han hecho suyo el proyecto, firmando un convenio de colaboración, que debe ser el germen del renacer de un evento, que nunca debió estar en entredicho y preñado de sinsabores, cuando se había alcanzado la cima en el panorama del teatro clásico español.

No entiendo la actitud de la Junta de Andalucía con Almería, una vez más, saliendo de un evento santo y seña de un provincia, una actividad que nos define y nos destaca por encima del resto y nos identifica y reconoce como sede en el mundo de las candilejas. Digo que no entiendo la actitud de la Consejería de Cultura, pero sin embargo no me extraña. No es la primera vez, aunque espero que sea la última, en la que la administración andaluza no tiene con esta provincia el trato que cabía esperar. La justificación que ofrecen es que no firman convenios de colaboración con nadie. Algo que es una verdad a medias, porque en otras actividades que se celebran en otras provincias o con otras organizaciones o fundaciones, si existe como tal y derrama económica para sostenerlas. Colaboración y derrama pecuniaria que, de otra forma, pondría en serio riesgo su celebración.

El penúltimo ejemplo lo hemos vivido con la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL). Ayuda con cuentagotas, cuando con otras similares encontramos en los presupuestos autonómicos cantidades importantes, que sirven de sostén para su viabilidad y desarrollo de sus actividades. Con tratos de este tipo, no me extraña que el síndrome de esquina, que tanto ha arraigado entre nosotros, sea imposible o prácticamente desterrarlo de una vez entre los que habitamos este punto de Andalucía. Y es que nadie parece querer contribuir al equilibrio entre provincias, a la igualdad de territorios que un día sí y otro también se pregona como único argumento del conjunto de la autonomía, pero que a la hora de su aplicación se muestra reacio, lejano y olvidado. No pedimos más que nadie, nada más lejos de nuestra intención, pero si un trato equilibrado, que nos ayude a mantener aquellas ideas que son buenas,- las Jornadas del Teatro del Siglo de Oro lo son-, para aletargar en la medida de lo posible la sensación de agravio permanente que nos invade y que llevamos pegada como si formara parte de nuestra propia piel.

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