La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Juan Marín, el Último mohicano

Las últimas crisis de Cs han sido un bálsamo para Marín, al que ahora respaldan Inés Arrimadas y... Juanma Moreno

El coordinador regional de Ciudadanos y vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, se ha desprendido del portavoz de su grupo parlamentario, Sergio Romero, y del portavoz adjunto, Fran Carrillo, dos de los disidentes que más le han estorbado en su esfuerzo por conseguir el liderazgo indiscutido de los naranja en Andalucía. El primero, sanluqueño como el propio Marín, ha sido consolado con la vicepresidencia tercera del Parlamento autonómico, que es un buen sitio para neutralizar enemigos (en el sentido con que usó esta palabra Churchill: los compañeros de partido), un castigo con apariencia de premio. El otro, Fran Carrillo, consultor y licenciado en Historia y en Periodismo, ha sido relegado a la base.

Curiosamente, las últimas y graves crisis de Cs han sido un bálsamo para Juan Marín como político individual. Los resultados de las elecciones catalanas y madrileñas, la extravagante, y fracasada, operación para arrebatarle la región de Murcia al PP y entregársela al PSOE, la pérdida del Ayuntamiento de Granada y el goteo de fugas hacia las filas populares han fortalecido la posición de Marín. Como si hubieran constituido una sociedad de socorros mutuos en situación común de emergencia, Marín se ha convertido en el más sólido apoyo de la jefa nacional de un partido capitidisminuido, Inés Arrimadas (el de Sanlúcar disfruta del cargo institucional más relevante con que cuenta Ciudadanos a nivel nacional), y Arrimadas ha abandonado la vieja idea de encontrarle sustituto a Marín en Andalucía, alguno o alguna más brillante que Marín. Entre bomberos en apuros no nos pisemos la manguera.

Marín puede también beneficiarse de algo externo a Ciudadanos: el cuidado y el mimo que recibe de Juanma Moreno, Bendodo y demás compañeros de coalición en la Junta. Lo que le gustaría a Juanma, en realidad, es que la subida de votos del PP que anuncian todas las encuestas fuera a costa del ex granero socialista. No es que desprecie a los votantes que en 2018 lo fueron de Ciudadanos -todo es bueno para el convento-, pero tampoco quiere que Cs quede reducido a cenizas y que el PP andaluz tenga que gobernar con Vox dentro del consejo de gobierno, y no con su apoyo desde fuera, como ahora, porque Marín sufra una severa derrota.

A Pablo Casado se ve que le da igual si se hunde Cs y tiene que compartir el poder con Vox. A Juan Manuel Moreno, no.

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