La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Juanma rescata a Juan Ma...

Los andaluces mandaron a Juan Marín a casa, aquel 19-J no fue una corrección, sino una enmienda a la totalidad

Juanma recoge a Juan Ma. El presidente de la Junta, que de tanto abarcar ya debe tener problemas de identidad ideológica personal, ha culminado el proceso de absorción de Ciudadanos colocando a su antiguo líder, Juan Marín, en la presidencia del Consejo Económico y Social (CES) de Andalucía. Antes ya había rescatado a la ex presidenta del Parlamento, dos ex consejeras y otros cargos menores del partido naranja.

La operación tiene algunas aristas, aunque no tantas ni tan profundas como las de la opa hostil lanzada tiempo atrás por el PP de Casado, que le puso al traidor Franz Hervías un despacho para ir desangrando -mediante la compra- a Cs desde sus primeros fracasos electorales. La de Juanma Moreno ha sido una opa anunciada, previsible e indolora. Y a su debido tiempo.

De alguna manera el presidente del Gobierno andaluz premia la lealtad de quien fue su vicepresidente durante tres años y medio sin darle un solo disgusto (¡igualito que Pablo Iglesias a Pedro Sánchez!) y compensa su fracaso político absoluto ayudándole en el camino hacia una jubilación inexorable. Lo ha convertido en prejubilado de lujo en agradecimiento a los servicios prestados. Por lo demás, la presidencia del Consejo Económico y Social no exige un esfuerzo especial ni conlleva la tensión propia de la actividad política. Se trata de un órgano consultivo y de representación de los agentes sociales y la sociedad civil. De debate y dictamen. Un organismo a la vez útil y confortable, aunque inocuo.

Es normal y nada escandaloso que Juan Marín haya aceptado la oferta de recolocación, pero más normal y correcto habría sido rechazarla. Es lo que se desprendía de las urnas del 19-J: los andaluces no le dijeron a los líderes de Ciudadanos que corrigieran algunas cosas de su gestión, sino que les presentaron una enmienda a la totalidad. Injustamente, en mi criterio, pero fue así. Los pasaron de disfrutar de medio gobierno a carecer de un solo diputado. Equivale a mandarlos a casa. A no seguir en la vida política. Si son los electores los que te echan, no te puedes quedar. Porque aquellas elecciones no fueron un castigo para Cs, sino una catástrofe.

El propio Marín agrava estas contradicciones con su intención de seguir militando en Ciudadanos como un afiliado más. ¿Y cuándo ha decidido Cs integrarse en las instituciones dominadas por el PP y aceptar que militantes suyos ocupen cargos nombrados por el PP sin pacto previo entre los dos partidos? Mejor lo echan.

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