Lección ejemplar

Las primorosas enseñanzas de los padres hacen que parezca habitual un comportamiento de ejemplaridad notoria

Ceder el paso es una muestra de cortesía, además de prescripción con una señal de tráfico no pocas veces incumplida y de ahí el descalabro de los accidentes. Ceder el paso a un atleta cuando faltan pocos metros para la meta de un triatlón es cosa distinta, aunque participe de la educada cortesía. Así lo ha hecho el madrileño Diego Méntrida, que hay que poner nombre y cara a quien ha demostrado que la deportividad es un patrón de conducta tan necesario en los atletas como en los que no lo son e incluso tienen por cobardes, jocosamente, a los que corren. Ocurrió en el triatlón de Santander, el pasado 13 de septiembre, cuando un triatleta británico, que iba el tercero, se confundió en el recorrido cerca de la meta -probablemente, con la pájara nublándole la atención-. Méntrida le seguía los pasos y, con el despiste, pudo adelantarlo. Pero se detuvo nada más hacerlo y le cedió el paso para que llegara a la meta el tercero, el puesto en que iba antes de la confusión.

Para los no iniciados, solo un apunte: el triatlón es una dura prueba deportiva, que combina kilómetros de carrera a pie, kilómetros en bicicleta y muchas brazadas de natación. De modo que, si llegar a la meta es un triunfo, hacerlo en posición destacada es una recompensa grande, muy poco pagada -aunque tampoco se busque ese estipendio- con los ochocientos euros al primer clasificado, los quinientos al segundo, los trescientos al tercero y los cien al cuarto, que fue Diego Méntrida. Pero su admirable gesto ha sido mundialmente difundido por el actor Will Smith, con un video que cuenta las reproducciones por millones en las redes sociales del conocido actor.

Explica el atleta madrileño que su compañero de hazaña -acabar un triatlón conlleva cierta heroicidad- siempre fue por delante y que no lo hubiera alcanzado, a solo escasos metros del final, si no se confunde siguiendo por la misma calle en lugar de girar a la izquierda. Haber llegado por delante, de esa forma, resultaría poco deportivo y Méntrida dice que repetiría lo que ha hecho porque ese comportamiento forma parte de las primorosas enseñanzas recibidas de sus padres, desde que era niño, así como de las pautas de su club de triatlón. Es más, sostiene que, ante una situación así, debería ser habitual lo que él decidió, con una difusión "viral" que hace al atleta sentirse orgulloso por tanto afecto como está recibiendo. Los pocos segundos de ese vídeo son, así, una lección ejemplar ante tanto desaplicado.

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