Contrastar y argumentar en favor de la política, es una forma más de expresar el malestar y la disconformidad con las decisiones tomadas bajo el manto de estas elites. Quiero manifestar el malestar social; y el mío propio, ante esta encrucijada; mi preocupación prioritaria parte de la necesidad de investigar una variedad de críticas, inquietudes, en definitiva un malestar que ha despertado en diferentes círculos sociales la necesidad de plantearse un escepticismo metodológico a la hora de indagar en el variopinto devenir político. Ante esta cuestión, y a raíz de los acontecimientos surgidos por el rapero Pablo Hasel, nos planteamos una interrogante ante la libertad de expresion, de la que puede hacer uso una colectividad y su preocupación por saber si su decisión ante los demás tiene una finalidad socialmente correcta. Sobre todo, ante la dicotomía de diversos grupos sociales y políticos; pero de todas estas actitudes, quizás la más preocupante sea la política, sobre todo por la divergencia de interpretación, quiero decir que, en nuestro país algunas voces que pertenecen a la elite cultural defienden la libertad que tiene Pablo Hasel para poder expresarse, mientras que otros condenan el enaltecimiento del terrorismo, las ofensas a la Corona o las dedicatorias de muerte que este hizo personalmente a algunos políticos; la libertad de poder expresarse es un derecho y desde este punto de vista, entraña también un deber, deber que nos hace responsables y parte de nuestra educación, educación que se imparte en la escuela y la calle. Nuestro compromiso, no es un compromiso en singular, sino en plural, y debe caracterizarse por la ética social. Por tanto dicho esto, sería una razón más, para observar que la política solo puede ser a posteriori; los que se empeñan en definirla con esquemas apriorísticos, lo hacen como una forma peculiar, como un contraste de voluntades con una función objetiva ¿por qué corresponder con la intención subjetiva en una acto de fuerza?, el efecto de un contrato social debe legitimarse por un procedimiento racional. Por tanto, una sociedad sin libertad de expresion, es una sociedad amordazada; pero no debemos olvidar que también existe la libertad de pensamiento, y esto implica pensar lo que se va a decir y me atrevería a decir que es prioritaria a la libertad de expresion, de lo contrario nuestra sociedad seria intratable.

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