Desde mi experiencia

José Miguel Ponce

Libertad, ¿para qué?

Todos nosotros experimentamos el deseo de felicidad que se resume en querer y sentirse querido

Acabo de leer el libro "Libertad para amar a través de los clásicos" (Rialp, 2022) de Mariano Fazio. Trata de mostrar que la libertad está orientada al amor y su importancia para la vida. Fazio, historiador, filósofo, y profesor de Historia de las Doctrinas Políticas, lo demuestra de la mano de grandes clásicos de todos los tiempos. Los hay que han sido escritos hace muchos siglos, como la Ilíada y la Odisea y siguen siendo actuales. Los clásicos son atemporales y abordan las preguntas existenciales de la persona humana: ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?, ¿cuál es el sentido de mi vida?, ¿qué diferencia hay entre el bien y el mal?, etc. Leyendo grandes obras como Los Miserables, Los Novios o El Quijote, uno se da cuenta de que la persona se realiza con el bien y no con el mal, o de que es mejor decir la verdad que mentir, o de que el alma se ennoblece contemplando la belleza. En resumen, los clásicos nos dan instrumentos para distinguir los grandes valores.

Hoy se habla mucho de libertad y, sin embargo, me parece que hay una gran falta de libertad. Todos podemos caer en adicciones que la dificulten. La principal es el egocentrismo: el hecho de centrarnos en nuestra propia comodidad, nuestro proyecto personal, etc.

Los seres humanos hemos sido creados libres para algo. Toda realidad tiene una finalidad. "La libertad de elección está al servicio de la libertad 'para'. Elijo teniendo en cuenta el fin que me propongo". No se puede reducir el significado de la libertad a elegir lo que se quiere mientras olvidamos que también implica querer lo que se elige, ser consecuentes.

No es posible hallar la felicidad en la simple elección. Para ser felices hemos de orientar cada una de nuestras elecciones al amor. Esto no es sólo una doctrina filosófica. Todos experimentamos el deseo de felicidad que se resume en querer y sentirse querido. Lo decía Aristóteles y lo vivimos en todas las circunstancias de nuestra vida.

Podemos equivocarnos sobre qué sea la felicidad. Es frecuente advertir la insuficiencia de buscarla en el placer o en la riqueza; en cualquier caso, se puede afirmar que no la encontraremos buscándonos a nosotros mismos. Se ha dicho con frecuencia que "el castigo del que se busca a sí mismo es que se encuentra". La experiencia universal nos dice que encontramos la felicidad solo cuando decidimos olvidarnos de nosotros y servir por amor.

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