Liderazgo político

En la clase política española hacen falta mujeres y hombres con liderazgo, no arribistas

Estamos en plena feria y fiestas del mediterráneo en honor a la Virgen del Mar, patrona de la indaliana Almería, por lo que, no podemos obviar la parte espiritual de las mismas. Ello me lleva a la reflexión desde el rescoldo de las tibiezas y tribulaciones festivas, que estamos atravesando unos momentos difíciles, especialmente, para los cristianos, cuyos valores humanísticos están siendo avasallados ignominiosamente.

¿Esto quiere decir que desaparecerán nuestras Cofradías y Hermandades? No. Pero a este robótico ritmo acelerado de acoso y derribo por parte del marxismo cultural, vamos a terminar por ser una minoría en un Estado, el nuestro, que ya no sabe sí es aconfesional o laicista, sí los problemas que tiene actualmente son de carácter político o económicos, o ambos a la vez. Un "totum revolutum".

Muchos lectores de este periódico, incluso de sentimientos contrariados, coincidirán que lo que realmente está afectando, en concreto a España y, por supuesto, a la Unión Europea, es una grave crisis de valores. Preguntaría ¿cómo solventar este problema en nuestro quijotesco país y vetusta Patria?, sí es que no queremos seguir a la deriva, a un pozo de oscuro ruán y quedarnos en su tránsito cadavéricos o no actuar, aplicando el aforismo francés "laissez faire et laissez passer".

En la clase política española hacen falta mujeres y hombres con liderazgo, no arribistas. Esta puede ser, "iuris tantum", una solución. Es necesario dentro del pluralismo político de nuestra democracia social el acceso de personas que asuman el liderazgo como un paradigma clave en la política - excelente gestión y buena gobernanza de nuestras instituciones-. Líderes con visión y credibilidad, con ética y moral, que inspiren confianza a los ciudadanos, ¡a los contribuyentes!, y constituyan un motor de regeneración en la cultura del pensamiento político, que permita con esperanza alimentar de forma mediata un verdadero y auténtico sentido humanístico en la sociedad civil.

¡Pero qué no nos confundan de quiénes son un motejado de "pedantuelo"!, porque no todo modelo y estilo de liderazgo valen para arrimar el hombro con pasión en España en estos intensos tiempos de globalización. Tienen que ser un vocacional liderazgo consciente como desafío intelectual y clave instrumental de cambio al servicio de los demás con unidad, convicción y firmeza, y para ello, lo primero, ser buena persona.

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