La mañana siguiente a la noche de San Juan, según destacan los medios de comunicación, los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Almería retiraron de las playas once toneladas de basuras. Nótese que la cifra se refiere sólo a las playas de la capital. Y eso que este año, al parecer, ha habido menor presencia del público debido a la ponientá que casi apagaba las hogueras. Teniendo en cuenta que estas playas nuestras deben de tener unos diez o doce kilómetros de longitud (unas siete millas marinas para ser exactos) se puede hacer la cuenta de la mierda que los españoles habremos depositado en los siete mil quinientos kilómetros de costas, de los que la mitad, más o menos (unas cuatro mil y pico millas marinas), son playas susceptibles de montar hogueras y dejar cubiertas de basuras y detritus varios.

Y eso que, en teoría, ya deberíamos estar concienciados de la que tenemos montada en la atmósfera y la que se nos viene encima. No hablamos de teorías, sino de la evidencia del calentamiento global con estas olas de calor, tormentas arrasadoras, sequías, incendios…que sufrimos ya, no el siglo que viene. También decían que la sacudida que nos ha pegado la pandemia del Covid19 (y que dicen que vendrán más) nos haría recapacitar y ser un poco más responsables. ¡Ja! ¿Por qué no escarmentamos? Chi lo sa, que dicen nuestros primos italianos. Es verdad que ya hay una cierta conciencia de que hay que hacer algo, pero por parte de muy pocos. Un ejemplo, también local: hace unos días, la empresa Cosentino montó una jornada de recogida de basuras en las playas del Cabo de Gata. Unos doscientos empleados suyos se dedicaron varias horas a la tarea, y retiraron más de cien kilos de residuos de todo tipo, tanto de la arena como del agua. Si comparamos esta cifra de limpiezas con las suciedades de la susodicha nochecica sanjuanera, podemos deducir que, a menos que nos impliquemos todos -o casi todos- en no marranear y en limpiar lo que emporcan otros, esto tiene mal arreglo. Vamos, ninguno. Seguramente la mayoría esperamos que lo hagan otros y, sobre todo, que lo hagan los poderes públicos, como es su obligación. Que papá Estado nos soluciones los problemas, que para eso pagamos impuestos. El que los pague, claro. Que cada vez serán menos, si seguimos la doctrina de ultraliberales y otros asimilados, que piden que se bajen los impuestos un día sí y otro también. Que poague el Estado…pero va a tener que ser con bonos de El Coyote.

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