Luces largas

Si comparamos la situación actual con la del inicio de la crisis, nuestro camino hacia el bienestar laboral es largoSi comparamos la situación actual con la del inicio de la crisis, nuestro camino hacia el bienestar laboral es largo

El año pasado, mi amiga Mari (un saludo, Mari), envasadora, interrumpió la actividad, es decir, se fue al paro, en julio. Así que computó como aumento del desempleo ese mes. Fueron 1.856 parados más. La mayoría envasadoras como ella. Este año, Mari dejó de trabajar en mayo y se contabilizó ese mes. Así los datos de paro de julio de 2018, conocidos el día 2 de agosto, reflejan un aumento del desempleo almeriense en 624. Con solo esas cifras se podría sostener que la situación es, casi, inmejorable. En un mes siempre malo para el empleo, la subida es inferior a la del año pasado. Pero puede no ser así. Con este ejemplo quiero decir que la estacionalidad determina los ritmos de subida y bajada del paro y de creación de empleo en España y, en Almería, con mucha más fuerza. Por ello, es mejor mirar la actualidad laboral de Almería con "las luces largas". La publicación a finales de julio de los datos de la encuesta de población activa del segundo trimestre, sumado a la de las cifras de paro registrado y afiliaciones a la Seguridad Social de julio conocidas ahora, nos dan esa posibilidad. Al hacerlo así, vemos que, en un año, desde el segundo trimestre 2017 al segundo actual el paro de la Encuesta bajó en 4.700 personas, y que, por su parte el paro registrado (los que se apuntan y siguen inscritos) de julio a julio se redujo en 2.244. Buenas noticias, sin duda. El resto de las variables, sin embargo, son una llamada de atención y nos diferencian de otras muchas zonas de España. En un año, la población activa -los que trabajan o buscan empleo- disminuye en 13.200 personas, los ocupados en 8.500 y la cantidad de personas inactivas aumenta en 13.100. En los dos últimos años, si bien la recuperación laboral se iba intuyendo, sobre todo por una disminución del desempleo en 24.400 personas, esta no es suficientemente sólida, ya que si bien hay 15.000 ocupados más que en 2015, su cifra es inferior en 900 respecto a 2016 y 8.500 en relación con 2017, lo que equivale a dos años de pérdida de empleo. La inactividad, que ya desciende en otras zonas, en Almería sigue su aumento: 18.100 en dos años. No puede achacarse solo al envejecimiento de la población y su paso a la jubilación, porque la población almeriense es más joven que en otras provincias y el número de pensionistas aumentó en estos tres años en 5.062, es decir, menos de una tercera parte de lo que aumentaron los inactivos. La ocupación que hoy alcanza al 45% de las personas en edad laboral, debiera aumentar hasta el 67% y el paro bajar del 22,53% al 10,22%.

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