El medio y el ambiente

MANDAMASES

Se ve que al estar relacionado ese comercio con La Flor de la Mancha, se me quedó en la memoria

Mis primeras lecciones de economía las recibí de zagalillo. Fueron muy concretas: letras de pelota, ingresar en el banco un paquetillo de billetes varios: los más grandes que transportaba eran algunos de 100 pesetas, que en el banco apuntaban las cosas al revés de cómo yo debía apuntárselas a mi padre: lo que para el banco era Debe, yo debía anotarlo en el Haber y viceversa. Y en el Instituto don "Luje", que en clase de Formación del Espíritu Nacional, me explicó algo de un inglés y venta de cerveza en unas carreras de caballos o algo así en Inglaterra. Se ve que al estar relacionado ese comercio con La Flor de la Mancha, se me quedó en la memoria. ¡Ah! Y que la póliza que tenía mi padre en el Banco Hispano (año 65 aprox.) era de 180.000 pesetas al 8 %. Y en casi 20 años solamente conocí dos Directores: don Jesús Ruiz Torrano y don Juan Antonio Hueso, con los que mi padre presumía de tomar café en el Sotanillo con otros amigos, de entre los cuales solamente recuerdo a don Atanasio Peregrín, el de la almendra. Eran, fundamentalmente, señores de palabra.

Ahora tenemos asesores fiscales, coachers, o como se diga, marketing, directores de tesorería, responsabilidad social de la empresa, deslocalización de la producción, optimización de costes, reuniones de puesta en común, de las que se firma un acta, y a otros niveles: Davos, G 20, G de un solo dígito, reuniones del ¿por qué no te callas?, así como negociaciones eternas en todas partes para repartirse las prebendas: desde el puesto de alcalde barrio, dicho con todos los respetos, al de mandamases de la Unión Europea. O ¿debería decir mejor el Mercado Común Europeo?. Porque: ¿qué es sino lo que hay en Bruselas?.

Alguien, que seguramente viste un magnífico terno de alpaca, me puede decir que en realidad lo que ocurre es que hay más transparencia en las negociaciones y que de lo que se trata es de "adecuar las estructuras del poder a la voluntad del pueblo manifestada libremente en las urnas". Y como no llevan "calzones de pana" de marchantes de ganado, yo voy y me creo que no chalaneantodo. De hecho estoy empezando a convencerme de que el elegante es aquel amigo que me dijo: "en mi oficina no hacemos tratos, llevamos a cabo operaciones". Pero en el campo ni se llevan a cabo operaciones, ni se puede acordar no vender la naranja por debajo de los costes de producción, porque eso son maniobras que no respetan las leyes del libre mercado, por lo que si hacen ese acuerdo los pueden multar. Y así tenemos el campo: con problemas de salinidad, porque en vez de regarlo con agua buena, se riega con sudor.

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