MOENDA DE CAMBIO

Se trata de un gobierno que presenta unos presupuestos que van a hacer mucho daño a las familia

La pasada semana, Andalucía, como Gobierno, vivía especiales momentos de vergüenza y de humillación en la sintonía a la que ya nos tienen acostumbrados las derechas desde que hace cinco meses confluyeran, además, con la ultraderecha para forzar un gobierno con los tres partidos que no habían ganado las elecciones autonómicas.

Durante estos cinco meses el Gobierno andaluz ha dado muestras de hacer aguas por todos lados, y se ratificaba semana. Se trata de un gobierno arrodillado a las imposiciones y chantajes de Vox, y a los caprichos de las direcciones nacionales de PP y Cs ante la atenta mirada de los representantes andaluces que permiten que Andalucía sea moneda de cambio y una región utilizada para pactar en Madrid y otros territorios. De esta mantera, las derechas ceden el futuro de los andaluces a golpe de humillación y de chantaje que tanto Moreno Bonilla y como Marín consienten y callan, siendo incapaces de gobernar y de decidir en Andalucía lo que le interesa exclusivamente a esta tierra.

Todos añoramos y echamos de menos no hace tantos meses cómo Andalucía no sólo decidía sus medidas, su rumbo, sus políticas y sus prioridades siendo admirada por otros territorios que nos veían una comunidad pionera en políticas sociales, en igualdad o en innovación con medidas que, inmediatamente, se intentaban copiar y trasladar a otros gobiernos. La bonificación del 99% de la tasa universitaria, los programas de empleo o las ofertas de empleo público en educación y sanidad, son ejemplo de cómo el Gobierno socialista de Susana Díaz trabajaba y, además, marcaba el discurso y la política nacional en materia de financiación y de cohesión territorial de España. Los andaluces y andaluzas no dieron a las derechas la confianza mayoritaria para hacer lo que están haciendo con nuestra gente y con nuestra comunidad autónoma.

Se trata de un gobierno que presenta unos presupuestos que van a hacer mucho daño a las familias, ya que plantean un recorte del 32% de las ayudas a las familias a la vez que sube los impuestos a la clase media trabajadora mientras se los baja a las 300 grandes fortunas. El presupuesto de las derechas aumenta los conciertos con la sanidad privada y se olvida de crear los 600.000 empleos prometidos en campaña. Los socialistas nos posicionaremos en contra de unos presupuestos que no son sociales y que no respetan el estado de bienestar.

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