Madre mía, Pedro Sánchez

Mas lo de Pedro Sánchez Presidente va originando olas desde el epicentro en Madrid, hasta aquí

Toda historia necesita un buen final. Y si no, piensen en Walking Dead ,que parece no acabar nunca y ya empieza a hacerse antipática. Así, la de Pedro Sánchez requería, un colofón a la altura de la épica de su voluntad de superación. Recuperar el liderazgo de su partido fue fascinante, pero faltaba algo. La tarea del héroe no es acabar en un despacho de la sede de un partido, que tendrá mucha luz y todo lo que tú quieras, pero no es el Congreso, el lugar donde ves que se cuece en las cocinas del imperio. Y hasta ser cocinero, como ha devenido el caso. Así pues, cuando me enteré de que Pedro -yo ya le llamo así- ganaba la moción de censura me dije: vaya por Dios. Pero en voz alta para que el camarero pensara que estoy loco. Si, porque cuando su campaña a las primarias, me dejé arrastrar por la fiebre del merchandising y compré camisetas con su efigie a cascoporro. Si en lugar de estrenarlas todas, para lo que mi madre llamaba estar por casa, las hubiera guardado, ahora podría venderlas a mejor precio.

Son de estas cosas que gusta a la gente. Primero le ves abandonar su escaño conteniendo las lágrimas, y chico, en la misma legislatura vuelve de presidente. Cuantas críticas recibió el hombre por aquellos sollozos. Los humanos gustamos de dividimos en dos grupos, quienes patean al que está en el suelo y los que sienten simpatía por los perdedores. Son grupos inestables, pero la emoción es más importante en política que la templanza. Rajoy, a poco digno que se muestre, podrá recoger ese tipo de simpatía, y para espanto de Ciudadanos, capaz es de volver en unas próximas elecciones. Nada es imposible.

Más lo de Pedro Sánchez Presidente va originando olas desde el epicentro en Madrid, hasta aquí. No por nada, el socialismo de Almería -en la capital- era sanchista. Puedo imaginar al secretario general capitalino feliz como una perla en su ostra. Tenía a parte del partido ocupado en agitar el árbol. El suyo, en concreto. Hay sucesos, como gobernar, que amaina tempestades. Habrá quien se diga, si hubiera seguido siendo amigo suyo y no el último de los desleales, ahora podría ser ministro. La elección de candidatos para las próximas elecciones suma emoción. No es lo mismo cuando se preparan desde el poder que desde la oposición. Las posibilidades de repetir de quienes tanto, y quizás con excesivo celo, a clavar el ataúd, son polvo en el viento.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios