Abierto de Noche
Francisco Sánchez Collantes
Palabras para Julia
La Tribuna
Recibimos en el programa “Diario de los libros” a Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) autora de siete novelas, entre las que está su indiscutible éxito “Mujeres que compran flores”. En esta ocasión nos presenta su última obra “La hermandad de las malas hijas” en la que vamos a disfrutar con una historia presentada con el genuino punto de vista de Vanessa Montfort quien se ha convertido, sin duda, en una de las voces narrativas de referencia en la literatura hispánica actual.
Nos vamos a encontrar con Mónica, una chica que se dedica a entrenar perros para la Policía Nacional, y también a su madre que constantemente llama su atención. Un hecho es el desencadenante de la trama: la extraña muerte del paseador de perros del barrio. A partir de entonces Mónica, que siempre tuvo latente su vocación detectivesca, va a investigar qué es lo que ha sucedido con esa extraña muerte, y para ello recupera el contacto con un grupo de amigas de la infancia. A partir de ahí, nada es lo que parece, y comienza a pensar que las madres saben más de lo que aparentan saber… ¿es posible que oculten algo?. Comienza a intuir que lo que sucede puede ser la punta del iceberg de unos sucesos mucho más complejos. En este sentido, la novela es también una reflexión sobre el nudo de relaciones que mantiene el ser humano, y ya no sólo en una relación materno-filial, sino por extensión en las relaciones de la persona como ser social. ¿Hasta qué punto nos conocemos unos a otros?, ¿la superficialidad con la que nos tratamos y las prisas con las que vivimos, nos hacen que otros aspectos fundamentales en nuestras vidas pasen desapercibidos?
Vanessa Montfort sitúa la narración en un Madrid muy reconocible (Barrio de Ópera, Plaza de Oriente) con ubicaciones muy concretas, tanto urbanas como de lugares de restauración que realmente existen (Taberna del Alabardero, Caripén). La elección de estos escenarios reales sirven para enfatizar la importancia que tiene, para los personajes de la novela, el reconocimiento de las ubicaciones físicas para también conseguir una reubicación emocional. Tres hijas y un hijo que inician un viaje al pasado, a sus raíces, con el objetivo de entender el presente. Después de 20 años de vida y viaje, como Ulises, vuelven a sus orígenes para intentar dar coherencia a sus vidas. Una “Odisea” del siglo XXI en la que las claves para entender lo que sucede, hay que buscarlas en las raíces identitarias del pasado.
La autora explora de forma magistral las relaciones materno-filiales, y es capaz de “tipificar”, de algún modo, ese complejo catálogo de relaciones. Como ejemplos: Elisa (“madre controladora”); Gabriel (“Hijo-droga”, con una gran dependencia) o Margarita (madre “sin cobertura emocional”). La autora consigue presentarnos un completo mapa emocional, en una obra en la que las madres de los personajes y sus hijas intervienen de formal coral para emocionarnos, divertirnos y reflexionar.
En definitiva, una novela de ritmo ágil, con un toque de género policíaco; con humor, amor y ternura. Una hermosa historia para disfrutar y enternecernos. También para pensar sobre las relaciones materno-filiales y en general sobre nuestras relaciones como seres humanos. Así como en la importancia de la comunicación, teniendo en cuenta su conexión con el transcurso de los acontecimientos y el transcurso de nuestras propias vidas. Una magnífica narración sobre la necesidad humana de dar y de darnos. También sobre la urgencia de recuperar las conversaciones pendientes, esos necesarios diálogos que nunca tuvieron lugar y que pueden marcar un destino, puesto que tal como se dice en la novela: “El universo siempre tiene un plan”.
También te puede interesar