A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Málaga y su alcalde

El alcalde, Paco de la Torre, impresiona por la energía con que aporta fechas y datos precisos

El jueves pasado, en el programa 'Tardes con Estela' de Esradio, pudimos escuchar una larga entrevista con el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Luego, el espacio se completó con unas atinadas reflexiones de Alfonso Rubí. Imaginamos que los interesados podrán oírlo en un podcast o en la web de la radio.

La entrevista de Estela Alcaraz nos permitió conocer un poco mejor a Francisco de la Torre como persona y como gestor. Tras una trayectoria destacada como universitario, su inicio en la política se produce en la Transición con la UCD. Por supuesto uno puede ser inteligente, sensato y un buen gestor sin tener títulos académicos o habiéndoselos regalado. Pero la experiencia previa en la gestión y el conocimiento no son nunca un estorbo. Si uno ha tenido los medios necesarios, el afán por estudiar demuestra, en esos años en los que se moldea la personalidad, un sentido de responsabilidad hacia los demás y el interés por mejorar y por aprender.

El alcalde impresiona por la energía y por la memoria con que aporta fechas, cifras y datos precisos. Lleva la ciudad dentro de la piel. Se conoce al detalle las hectáreas que ocupa su universidad o en qué año se hizo cada obra. La transformación de Málaga surgió a partir de un plan general. Pero lo fundamental ha sido la voluntad de ponerlo en práctica y de no desaprovechar ninguna oportunidad para engrandecer la ciudad. E imaginamos que debe contar con un gran equipo detrás. Lo cierto es que se procuró la rehabilitación de lugares abandonados, la mejora continua de las comunicaciones y se crearon nuevos espacios culturales para atraer a los visitantes. No se hizo todo desde el primer momento, pero sí se actuó con constancia. Insistió, además, en la importancia de reforzar desde el ayuntamiento la educación para mejorar la ciudad, la vida y la convivencia de los ciudadanos. Y no se refería a reponer cristales o a pagar la limpieza, que también importan.

Nos gustaron los comentarios de Alfonso Rubí. Para él, Almería aun está a tiempo de cambiar. Es cierto y ojalá sea así. Pero nosotros andamos más escépticos. Málaga es un faro que nos guía, pero que hoy parece perderse en la niebla. No hay más que ver lo que tarda el tren en llegar a Sevilla, la tranquilidad con que los políticos lo consienten y el sosiego con que los ciudadanos de la heroica ciudad dormimos la siesta.

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