No entiendo a la presidenta de la comunidad de Madrid cuando se refiere a las manifestaciones en defensa de la sanidad pública, con el ánimo de desprestigiarlas, diciendo que no son movidas sanitarias sino políticas. Yo me pregunto qué otra cosa puede ser una manifestación en contra de la gestión que ejerce el gobierno de la señora Ayuso en materia sanitaria, sino un movimiento político. De acuerdo con que no se trata de actuaciones sanitarias. Las personas que se manifiestan, no van con el fonendoscopio en la mano, pongamos por caso, para auscultar al personal que se encuentran por la calle. Son manifestaciones políticas que protestan denunciando la falta de personal sanitario y la falta de medios en hospitales y centros de salud de los que Díaz Ayuso es la máxima responsable. Por circunstancias profesionales tuve relación con una sanidad diversificada, cuando su ejercicio competía a distintas instituciones que prestaban asistencia a los pacientes que estaban bajo su control. Las diputaciones se encargaban de la beneficencia, la Seguridad Social de los trabajadores afiliados, el Ministerio del ejército de los militares, MUFACE de los funcionarios del Estado, los ayuntamientos, que no estaban sometidos a ninguna regla, funcionaban a discreción. Y había un sector de la población que, por no pertenecer a ninguno de los grupos dependientes de dichos organismos, carecían de asistencia sanitaria. Ese desbarajuste era necesario modificarlo para cumplir con la Constitución, que en su artículo 43 señala que "se reconoce el derecho a la protección de la salud" y establece que "compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de las medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios". Con un gobierno socialdemócrata se llevó a cabo la aprobación de la Ley General de Sanidad de 1986, siendo ministro Ernest Lluch, y se cumplió con el principio constitucional, estableciendo la universalidad de la sanidad, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, cuya competencia ha sido transferida a las Comunidades Autónomas. Con ello, la sanidad pública en España ha conseguido ser un modelo ejemplar reconocido en todo el mundo. Hoy vemos que la sanidad pública se está deteriorando y muchos ciudadanos se manifiestan contra la mala gestión de los gobiernos que son responsables de su deterioro. Son manifestaciones políticas en defensa de la sanidad pública ejercidas con todo el derecho.

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