Opinión

Gonzalo Hernández Guarch

Manipulación y perjuicios

Al final, la manipulación de los hechos nos llevará a ser uno de los países más perjudicados

Las estadísticas oficiales de la situación de afectados por el coronavirus en España al 16 de abril reconocen 177.663 infectados y 18.579 fallecidos. Es curioso que proporcionen unos números que ellos mismos - y todo el mundo - saben que son falsos. En efecto, los datos de algunas comunidades autónomas elevarían el número de fallecidos. Por ejemplo Cataluña, según el gobierno central 3855 fallecidos, según la Generalitat, 7097. Es decir prácticamente el doble. En Castilla La Mancha, algo parecido, en alguna otra comunidad lo mismo, por lo que si extrapoláramos los números reales llegaríamos a una cifra de fallecidos cercana a las cuarenta mil víctimas en todo el país. Hay que mencionar en honor a la verdad que eso también está ocurriendo en otros países avanzados. No es un problema exclusivo de España el manipular la información, el intentar jugar con las estadísticas, ocurre no solo en las dictaduras como China, Irán, Venezuela, Nicaragua, etc.,… por cierto también en algunas de las democracias más consolidadas.

Sin embargo, en este país, demócrata y perteneciente a la Europa más avanzada, alguien debe pensar que no somos ciudadanos de pleno derecho, y que por tanto pueden mentirnos sin rubor alguno.

El por qué de estas cifras se basa en tres graves errores. 1) La realidad se intentó ocultar y se contó tarde. 2) No se adoptaron las medidas adecuadas en tiempo y forma. 3) No se han realizado - aún hoy - el número de test necesarios que informaran fehacientemente de la verdadera situación de la infestación por el virus a los expertos. Un círculo vicioso.

Y así estamos, aguardando a que la correspondiente campana de Gauss se vaya amoldando a la voluntad política, cuando las cosas deberían haberse hecho de otra manera bien distinta para evitar que decenas de miles de ciudadanos pudieran fallecer por desidia, para evitar un confinamiento social y económico excesivo con lo que ello significará como daños colaterales que podrían haberse evitado, y para conseguir que el trauma final fuera asumible.

Al final, la manipulación de los hechos nos llevará a ser uno de los países más perjudicados. Una verdadera pena, algo que no merece este país de héroes - y heroínas - y de ciudadanos ejemplares. Una lástima.

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