El manuscrito

Manuel López Muñoz

Marco Tulio Junqueras

Saber algo del mundo antiguo nos protege de las imágenes manipuladas

Declaró Oriol Junqueras al diario Le Figaro que: "Sócrates, Séneca, Cicerón, pudieron huir y no lo hicieron". Poco después, Roger Torrent explicaba esta afirmación en la Cadena SER: Junqueras no había evitado a la Justicia por "responsabilidad cívica y ética, como Sócrates, Séneca y Cicerón". Así, la huida se transforma en evitar a la Justicia y aparecen motivaciones morales en la conducta. Casi acto seguido, José Antonio Zarzalejos habla de: "tres grandes figuras históricas que afrontaron juicios arbitrarios, injustos y dictatoriales". Como escribió Antonio Machado: "la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero". Sócrates, cierto es, manifestó que su veredicto era injusto y se negó a huir o conmutar la pena aduciendo que así evitaría los trastornos de la vejez (recomiendo la traducción de la "Apología" de Jenofonte, de González Garbín, 1871). Nos cuenta Dión Casio de Cicerón que huyó de Roma y, tras apresarlo los partidarios de Marco Antonio, lo asesinaron, le cortaron la cabeza y la expusieron en el Foro sin lengua. En cuanto a Séneca, Tácito escribe en los Anales que, al recibir la orden de Nerón de quitarse la vida, ni se le permitió hacer testamento. En el primer caso, la Justicia estaba corrupta; en el segundo caso, no hay relación con la Justicia; en el tercero, las purgas políticas de Nerón fueron la causa.

Junqueras, Doctor con una Tesis en Historia Moderna, y Torrent, Licenciado en Políticas, no son tontos, aunque sospecho que nos toman por tales. Los casos de Sócrates, Séneca y Cicerón (admitamos el desorden en la secuencia temporal) no hablan de respetar los mandatos de la Justicia (acaso el de Sócrates, que acató las leyes para demostrar que eran injustas), sino de ser víctimas de la arbitrariedad, de la tiranía o de la ira sediciosa. Citar esos precedentes busca equiparar a los políticos catalanes presos con tres grandísimas figuras de nuestra civilización.

Con un poco de conocimientos de la cultura clásica, ni los periodistas morderían el cebo ni los demás nos dejaríamos cautivar por los cantos de las Sirenas, que hechizaban a los marineros y los atraían a los roquedos en los que naufragaban y morían. Si las imágenes del mundo antiguo se usan queriendo manipularnos, qué menos que contar con gente que pueda reconocer la demagogia y desvelarla. Para que luego vayan por ahí algunos botarates diciendo que los de Clásicas no servimos de nada.'

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