El medio y el ambiente

Mea culpa: yo cogí arena del cabo

En el mundo el tema de la arena no funciona así. Somos devoradores de áridos, en general, y de arena en particular

Cuando aún tenía veinte y tantos años, me vi envuelto en un tema de enarenado con arena procedente de Cabo de Gata. A los pocos años, prohibieron la extracción de dicha arena y, bastantes años después, colocaron las vallas actualmente existentes y, que precisamente, a finales de noviembre pasado vi que estaban reparando. Esas vallas son las que han permitido que, en lo que es playa propiamente dicha, hayan resurgido las dunas y la vegetación autóctona.

Pero en el mundo mundial, el tema de la arena y, en general los áridos no funciona así. Somos auténticos devoradores de áridos, en general, y de arena en particular.

Según la ONU (Global Sand Observatory Initiative), en los últimos 20 años, hemos multiplicado por 3 el consumo mundial de áridos, y sigue aumentando, estimándose su consumo en torno a los 40.000 MILLONES DE TONELADAS. ¡Ah! De China no se sabe nada.

Más de la mitad se consume en la construcción, y el resto en la producción de vidrio y cerámica, la electrónica, la pintura y los tratamientos superficiales, el tratamiento de aguas, la extracción de gas e hidrocarburos, la fundición y obtención de metales, cosmética, ocio, etc., usos que requieren estos materiales con unas características y una calidad mucho más restrictivas que en el caso de la construcción. Y, por si esto fuera poco, también se usa como fuente de elementos como el silicio, titanio y las llamadas tierras raras.

El problema que provocan estas extracciones reside no sólo en que es un recurso limitado, si no que impacto ambiental que produce toda actividad extractiva y, ésta en concreto: donde se saca y no se mete, el fin se le ve.

Además, como se está afectando el medio ambiente, si no se ponen en práctica políticas regeneradoras, se va a provocar la pérdida de ecosistemas de alto valor social.

Y por si todo lo anterior fuera poco, generalmente se consume lejos del lugar de extracción. Así que la riqueza se va al lugar de consumo y el lugar de extracción se queda sin áridos vendidos a un precio bajo. Por ejemplo: Dubai y Singapur. En el archipiélago de islas de Dubai gastaron unos 160 millones de toneladas de arena procedentes, en su mayoría de Australia.

Como el problema es global, las soluciones también deben serlo. Y entre ellas, las más factibles son: 1.- Promover el uso de materiales reciclados o alternativos y 2.- Fomentar acciones la implementación de buenas prácticas y aplicación de la normativa ambiental relacionada.

O sea, que se puede entrar en el negocio, sin romper la Naturaleza.

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