EL Almería está a punto de cerrar su parte difícil del calendario, y lo va a hacer sin demasiados heridos en el camino. El golpe que sufrió el equipo con la derrota en el Camp Nou lo ha superado sin problemas, tras el partido ante el Real Madrid. La imagen del equipo, principal aspecto a tener en cuenta ante los compañeros de Raíl, fue bastante bueno en la segunda parte y tanto jugadores como cuerpo técnico pretenden que ese sea el punto sobre el que cimentar este Almería. El choque ante el Villarreal cerrará un ciclo pero también abrirá otro, el de la obligación de vencer ante rivales directos como Mallorca y Osasuna. Pero antes de todo eso, el club tiene otras cosas de las que ocuparse. La entrada ante el Madrid fue desastrosa, para no andarnos con eufemismos, dicho lo cual, el presidente debería aplicarse el cuento y anunciar, con carácter inmediato, que los abonados no pagarán en el partido ante el Barcelona. Los ingresos económicos son muy importantes, pero cuando hemos visto que el publico ha preferido quedarse en casa, bien harían desde la sede rojiblanca en aplicar medidas de urgencia para no ver el Estadio vacío con el próximo equipo grande que falta por venir. No se perjudicará a nadie. Los abonados, a los que hay que cuidar, agradecerán la medida y conseguiremos que las gradas tengan, por lo menos, 12.000 espectadores. Porque habría que recordar que la entrada oficial que se dio el domingo, incluía también a todos los medios de comunicación que pasaron por los tornos, con lo que, en realidad, estaríamos hablando de menos de 11.000 personas pasando por las taquillas. Pasen por la web del Villarreal y aprendan lo que es, de verdad, un "todo incluido".