Mejor desde la esperanza

EL AMOR, que palabra más plena y a su vez más vacía cuando deja de ser una emoción para materializarse en bombones¿Qué efecto produce en un nieto que pierde a su abuelo por Covid oir que se ha debido a un comportamiento suyo?

Llevamos, casi un año, viviendo entre dolor y como nos dejan. Casi un año acompañándonos con el pensamiento, mirándonos desde la distancia y abrazándonos con las palabras. Estamos desconcertados y cansados, puede que agotados (eso se verá cuando la normalidad regrese y nos exija volver a la batalla de la vida tal y como la veniamos librando). Nos sentimos frágiles, expuestos y desprotegidos y nos reconocemos temerosos, necesitados y preocupados. Por todo esto, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de nuestra capital debería retirar esa campaña publicitaria que ha venido a decirnos que las muertes por Covid-19 de cada familia, las desgraciadas muertes por Covid-19 de cada familia, se deben a comportamientos de los miembros que no han fallecido. Y lo debe de hacer porque es desleal y es un error. Desleal porque a la Administración Pública no se le puede dar el papel de generadora de miedo e impía voz de nuestras conciencias, porque la Administración Pública es una maquinaria que está para servirnos y guiarnos en nuestro día a día como ciudadanos y ayudar en la solución a nuestros problemas como sociedad y como país; porque la Administración Pública tiene como obligación proteger nuestros intereses colectivos y facilitar el ejercicio de los derechos individuales; porque la Administración no puede entender de otra cosa que no sea de nuestro ordenamiento jurídico y de su aplicación con respeto a este pueblo, objetividad, eficacia y eficiencia; y porque la Administración no es ni juez, ni, tan siquiera, parte. Y un error porque el miedo no convence, solo coarta; porque usar el miedo para lograr lo que se desea, en este caso, que cumplamos las medidas impuestas y las recomendaciones dadas, es jugar con fuego, y, posiblemente, no encontremos un momento menos indicado para jugar con fuego que este, por complejo y desconcertante; y porque utilizar el miedo de las personas no es ético. Señores del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Almería, ¿qué efecto creen que puede producir en un nieto que ha perdido a su abuelo por Covid-19 oir que la muerte de su abuelo se ha debido a un comportamiento suyo? ¿Quizás rabia, dolor, apatía, depresión? ¿Y necesitamos poner más rabia, dolor, apatía y depresión en esta explosiva mezcla sobre la que nos movemos desde marzo de 2020?. Por supuesto que no, por eso, si llegaron a la conclusión de que necesitábamos una campaña publicitaria, lo que debían habernos traído es una campaña enfocada, además de en la responsabilidad, en la esperanza y hecha desde el optimismo, la confianza en las personas y en el poder de la unión, la comprensión de que el precio que nos está haciendo pagar la pandemia es tremendamente alto y el más amplio respeto a la complejidad de la situación y a una de las mayores cargas con las que venimos a este mundo: que no somos infalibles.

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