La tapia con sifón

Mermelada con sal

No es una mermelada, aunque la proporción de fruta y azúcar es la misma que usan para aquellas

En un par de ocasiones me he ocupado aquí de las mermeladas de Lorusso, y vuelvo a hacerlo para comentar dos nuevos productos muy interesantes. En Chercos, un pueblo almeriense de poco más de doscientos habitantes de hecho, están haciendo una de las mejores mermeladas del mundo, con frutas ecológicas cultivadas lo más cerca posible de la pequeña pero moderna y ejemplar fábrica; con azúcar ecológica de caña y con mucho cariño. En cinco años se han posicionado en el sector de la alta calidad (pertenecen a "Luxury Spain") y ya están vendiendo en once países con gran éxito de crítica y de público. La agencia Nelly Rod la ha considerado "Marca de tendencia" 2019, y les llueven los premios en los concursos más prestigiosos como "The World's Original Marmalade Awards" de Londres (varias medallas de oro en 2017, 18 y 19), o el "International Taste Awards" (Italia) donde ha obtenido en 2020 medalla de plata su nueva salsa de pimiento dulce, "Pepper Rock Love". Este es uno de los dos productos que quería comentar.

No es propiamente una mermelada, aunque la proporción de fruta y azúcar es la misma que usan para aquellas: 80 % de fruta -en este caso pimiento "Sweet Palermo"- y 20 % de azúcar. El dulzor de este pimiento almeriense ha impactado en los mercados internacionales, tanto en los países asiáticos, donde usan mucho del agridulce en sus cocinas, como en los países europeos muy queseros, como Francia, Holanda o Suiza, donde lo están combinando con quesos, tanto cremosos como potentes.

La otra novedad es Mitilli, una mermelada de arándanos, fruta muy apreciada en las cocinas modernas y también por sus propiedades salutíferas: antioxidante, abundante en vitaminas, protector contra infecciones urinarias…Aunque aquí lo que comentamos es su potencial gastronómico. De entrada nos encontramos con una textura cremosa en la que se mezcla el puré con trozos de arándano azul y con aromas de fruta fresca, mantenidos gracias al minucioso control de temperaturas y tiempos de cocción. Y en la cata se produce un fantástico efecto: sobre una tostada de pan artesano se pone una capa generosa de mermelada, se riega con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y se completa con unas escamas de sal. Ya no es una mermelada. Prueben con diversos aceites -picual, arbequino, coupage…- a ver con cuál les gusta más y me lo cuentan.

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