Utopías posibles

El Mir educativo

Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo, y uno de los peores sistemas educativos de la OCDE.

Desde que Javier Imbroda tomó posesión, viene diciendo que quiere cambiar el acceso a la función docente, mediante la creación de un "MIR educativo". En cualquier tema de interés general y social, es tan importante la idea como la manera en que se desarrolla y la finalidad última que subyace a la misma. En ciertos foros y a través de las redes sociales, buena parte del profesorado está muy indignado con la simple idea de tener un MIR educativo. Se leen comentarios como "a Imbroda no le hicieron un MIR para ser seleccionador", o "lo que tienen que hacer es dejarse de tonterías e invertir más en educación". El corporativismo mal entendido de una parte del profesorado considera siempre que la culpa es "del otro", y nunca de su gremio. En el otro extremo (y con un claro interés de desmantelamiento de la educación pública) están quienes consideran que sí, que todo lo que ocurre es culpa de las y los docentes.

Los hechos son los que son. Tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios públicos del mundo, y uno de los peores sistemas educativos de la OCDE. ¿Por qué no copiar entonces una idea que funciona bien en otros ámbitos? Las oposiciones para Primaria, Secundaria u otras enseñanzas se parecen demasiado al carnet de conducir: "tienes el carnet, ahora aprende a conducir". Sin embargo, en temas educativos no podemos permitirnos el lujo de que haya gente que entre por baremo de méritos y por tener una excelente calificación teórica (en temas técnicos, de su propia especialidad) y luego "aprenda a ser docente". Imagínense un cirujano al que le dan la plaza sin haber tocado un paciente, que sin haber pisado un hospital, en su primer día de trabajo operase a corazón abierto, él solo. Esto es así, en educación.

Ahora bien, el MIR no puede consistir en tener docentes trabajando durante dos años por la mitad del salario actual, esperando a tener su plaza. La finalidad aquí no sería la mejora, sino el ahorro. Un MIR efectivo tendría que tener muy fácil la entrada, y muy fácil la salida. Con el expediente académico y otros méritos, se podría acceder, pero siendo conscientes de que desde ese mismo momento están sometidos a evaluación. Una evaluación que, por cierto, no debería terminar a los dos años, sino continuar a lo largo de toda la vida profesional, mediante incentivos o "penalizaciones", como cualquier carrera profesional. Todo en la vida es eterno… mientras dura.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios