Los Mitos y España

¿Qué pasaría si pensáramos con serenidad en muchas de las cosas que nos han contado sobre nuestro pasado?

Tal vez estamos persuadidos de que el mundo de los mitos terminó con los "tiempos antiguos". De hecho, en muchos programas de Historia de la Filosofía había un apartado inicial que solía titularse "Del Mito al Logos", como si el advenimiento de la filosofía hubiera desterrado de una vez por todas la presencia de los mitos. Sin embargo es posible que ese epígrafe contenga más una salutación a la llegada de la razón que el anuncio de una desaparición de los mitos. Eran aquellos unos mitos descarados que, empezando por los relatos bíblicos y siguiendo con la mitología grecorromana, la nórdica o la de otras culturas, desplegaban una imaginación sin límites, incluida una antroporfización, que intentaba dar sentido a lo "de aquí" fundamentándose en lo "de allá". Pensamos que hemos superado aquella ingenuidad, aquella simpleza que les permitía aceptar tan groseras explicaciones. Sin embargo, es más que posible que, aun cuando los relatos que pululan hoy en día no sean tan simples, también estemos inmersos en una nube de historias sobre la historia con tan escaso o pobre fundamento como los mitos clásicos. ¿Qué pasaría si nos detuviéramos a pensar con serenidad y sin prejuicios en muchas de las cosas que nos han contado sobre nuestro pasado? ¿Es verdad, por ejemplo, eso de que "España es eterna"? ¿Seguro que existe "desde siempre"? ¿O tal vez solo sempiterna, que implica que ha tenido principio (discutible desde cuándo) pero que jamás tendrá un final? Desde luego, si es así, qué curiosa profecía. Quizá me esté convirtiendo en un epígono del 98, pero en todo caso no dejo de preguntarme qué cosa es eso que llamamos "España". Veo claro que uno de los grandes problemas de la política actual reside en que no hay acuerdo en torno al concepto de España. Tenemos al menos dos opciones extremas; la de los que consideran que es una entidad poco menos que sagrada y los que la conciben como conglomerado de zonas geográficas unidas por conquistas o por acuerdos o por extrañas coyundas, pero sin un auténtico denominador común. Lo más curioso es que tanto unos como otros creen encontrar en la historia razones suficientes. Bueno, en la "historia", o lo que muchos consideran mitos artificiosamente generados que nada tienen que ver con esa ciencia llamada historia. Las dos muy alejadas del concepto que sobre España se desarrolla en la Constitución. Una pena que tantos dejen esa concepción de lado.

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