Moreno Bonilla, ausente

Los mensajes que lanzaba Moreno Bonilla en el estado de alarma a la postre se le han vuelto en contra

V OLVEMOS a vivir momentos de incertidumbre en Andalucía, convertidos en la comunidad de España con mayor número de rebrotes de coronavirus activos y con provincias, como Almería, donde los positivos notificados se han disparado en los últimos días. Todo esto ocurre sin que el mando único, el que ostenta Moreno Bonilla desde que terminó el estado de alarma, haya dicho nada, salvo el anuncio a empujones del uso obligatorio de la mascarilla, cuando otras comunidades ya lo habían puesto en práctica.

Basta recordar los mensajes que publicaba en las redes sociales Moreno Bonilla en el mes de abril, cuando criticaba al Gobierno de la nación con frases del estilo "el mando único tiene que anticiparse más". A la postre, estas afirmaciones se le han vuelto en contra, visto el caos con el que se está gestionando todo lo relacionado con el coronavirus en Andalucía.

Antes del estado de alarma, Moreno Bonilla ya nos había dejado grandes momentos estelares, como aquel de "no veo motivo para suspender la Semana Santa" o aquel otro de "las clases no se suspenderán". Después vinieron las exigencias del vicepresidente Marín -perdido en estos días-, pidiendo la movilidad entre provincias lo antes posible.

La pandemia y esta crisis han puesto a prueba a los gobiernos de todo el mundo. Los que han salido mejor parados, dentro de la gravedad de lo vivido, han sido aquellos que comunicaron con criterio y mostraron autoridad para coordinar medidas y adelantarlas a la población, tal y como la OMS ha reconocido al Gobierno de España. Todo eso es, por desgracia, lo que ahora echamos en falta en la gestión de Moreno Bonilla.

El ejemplo más claro lo vivimos en Almería. Con focos activos y un número de casos diarios que se acerca a los de los momentos más duros de la pandemia, aquí nadie dice nada y, lo que es peor, nadie parece estar al mando.

Moreno Bonilla ya va tarde para distribuir mascarillas gratuitas. También va tarde a la hora de dar respuesta al esfuerzo titánico que realizaron los profesionales sanitarios durante los meses más duros de la pandemia.

Sin embargo, este gobierno de las derechas sigue en modo postureo, evitando comprometerse con nada ni con nadie. Esperando a que escampe, el presidente andaluz está acabando con la paciencia de los andaluces y andaluzas.

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