Mujeres y empleo

Una huelga de mujeres por la igualdad salarial está bien, pero corre el riesgo de tapar la desigualdad previa

Dijo Stendhal: el acceso de las mujeres a la igualdad perfecta doblaría el potencial intelectual del género humano. Era una época romántica, no existía twitter y, por tanto, era más fácil creer en la capacidad intelectual de la humanidad. Con todo, la igualdad perfecta aún queda lejos. No está de más, pues, aprovechando la cercanía del día de la mujer, una mirada al empleo en femenino en la provincia. Con los datos de final de 2017, la encuesta de población activa del cuarto trimestre, Almería se separa del resto de España. Hay más hombres en paro que mujeres en la misma situación: 45.700 parados y 44.800 desempleadas. En el último trimestre del año se reinicia la actividad en los almacenes hortofrutícolas que emplean a miles de mujeres en la provincia. Sólo entre octubre y diciembre el paro femenino bajó en casi 9.000. El resto del año la situación es la inversa. Como lo habitual es hablar de los años por lo que ocurre al final, esos datos podrían darnos una impresión errónea. La conclusión no es que aquí crezca mucho el empleo ocupado por mujeres, sino que hay un tipo de trabajo, cíclico, el del envasado que emplea miles de mujeres. Así, el paro femenino subirá o bajará al ritmo de la campaña. Ya hemos comentado en otras ocasiones, que precisamente ese empleo salvo las economías de cientos de familias almerienses durante la pasada crisis, una vez perdido el sueldo principal del hogar, en muchos casos procedente de la Construcción. Un día, los estudiosos de la pasada crisis, destacarán el papel de la mujer almeriense en esos duros años. Por otra parte, que haya menos paradas que desempleados no significa que el número de mujeres trabajando supere al de hombres. Puede resultar chocante, pero no. La tasa de empleo femenino en Almería, el porcentaje de mujeres en edad laboral que trabajan, es del 38%. Un poco menos que en el conjunto de España y bastante más que en Andalucía. Esa misma tasa, entre los hombres es del 56%. La conclusión es que hay menos paradas porque son muchas las mujeres que no están en el mercado laboral, dedicadas a la familia, bien voluntaria o bien involuntariamente. Al final, si, se anuncia una huelga de mujeres por la igualdad salarial. Está bien, pero corre el riesgo de tapar la desigualdad previa: la imposibilidad de muchas para acceder al empleo, o porque no hay o porque no pueden conciliarlo con la vida familiar.

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