No me digan que no se les ha pasado por la cabeza que la ministra de igualdad es gafe? Tal vez ella no lo cree, pues ningún verdadero gafe lo piensa. Pero estoy convencido. Les daré una prueba, el 8M. En 2020, con toda la ilusión lógica en quien acaba de llegar al cargo, convoca su primera manifa y, zas, nos pasamos en confinamiento viendo el video de ese señor que decía que el coronavirus no existía y que él daba besos y abrazos a todo el mundo (quizás fue el paciente cero) En 2021, andábamos por no sé qué ola y ahora, 2022, una invasión. Ni caso le han hecho y eso que se empeñaba en agacharse y levantarse rítmicamente mientras sujetaba la pancarta, que no es tarea fácil. Eso no resta importancia al día, aunque solo fuera para repasar la brecha de género en el empleo En estos dos primeros meses de reforma laboral, el 12% de los contratos laborales suscritos por mujeres fueron indefinidos; porcentaje que en el caso de los hombres se reduce al 5,90%. Otra cosa es en que actividades y con qué sueldos. Por ejemplo, en la industria que suele tener salarios más altos que otras actividades, 472 de los 1.700 contratos celebrados desde enero fueron con mujeres, y de ellos solo 40 fueron indefinidos. En Construcción donde según la Fundación Laboral de la Construcción, a nivel nacional representan ya el 10% de las personas empleadas en el sector, en Almería representan el 6%, medio punto más que el año pasado. Pero donde mejor se observa la evolución del empleo en femenino sería en las tasas de paro y de actividad. La tasa de paro es apenas medio punto superior en las mujeres -16%-que en los hombres. Pero al comienzo de la pandemia el 67% de los hombres de Almería en edad laboral eran activos -bien porque trabajaban, bien porque buscaban trabajo, frente al 54% de las mujeres. Es decir, la brecha de género en la tasa de actividad de nuestra provincia se situaba en 13 puntos porcentuales. Esta tasa ha mejorado algo en el caso de las mujeres hasta el 54,7% y mucho más en el de los hombres, ahora en el 70%. La pandemia ha aumentado esa brecha hasta casi 16 puntos. La recuperación, como pasó con la crisis anterior beneficia más a los hombres, que a las mujeres entre las que hay más inactividad -por cuidados familiares, por desánimo- De ahí la importancia de políticas públicas que impulsen la igualdad efectiva en el empleo.

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