El Pingurucho

Adriana Valverde

Navidades responsables

Lo cierto es que se ha consolidado un modelo de Estado como un sistema democrático avanzadoEstoy convencida de que los almerienses llenarán de vida la ciudad para disfrutar de los días más especiales

Este año tendremos que extremar de nuevo la prudencia para evitar que el virus del COVID y su nueva variante se extienda, aprovechando las reuniones que con tanto cariño se preparan en cada casa y en cada centro de trabajo. Los hoteleros y los comerciantes de toda la ciudad han esperado estas fechas como agua de mayo. Es necesario resarcir las pérdidas ocasionadas por la pandemia y, sin duda, el alumbrado ornamental constituye un estímulo que anima al consumo. Ciudades como Málaga o Vigo, incluso pequeños municipios como Fondón, atraen a visitantes de todas partes con este reclamo.

En la ciudad de Almería, ni comerciantes ni hosteleros han contado con la complicidad de su Ayuntamiento, y, a pesar de que la Navidad es una fecha muy previsible en el calendario, el PP no ha actuado con la suficiente previsión como para conseguir que el alumbrado ornamental haya estado a punto para este puente de la Constitución en el que nos hallamos inmersos. No en vano, las primeras luces de Navidad que comenzaron a alumbrar fueron las instaladas por las asociaciones de comerciantes en barrios como Retamar, El Alquián y La Cañada.

Y no sólo han sido las luces. La improvisación comenzó cuando descubrimos que la magnífica noria instalada en la Rambla empezó a montarse sin la preceptiva licencia. Igualmente, el mercadillo navideño ha ocasionado una tremenda desilusión a artesanos y comerciantes. Atrás quedaron las casetas nórdicas del pasado año. Para esta edición tendremos que conformarnos con las de formica que ha instalado el Ayuntamiento.

Y lo peor es que esta falta de planificación, de dirección y de organización de los asuntos que interesan a los almerienses, puede ir a peor, con un alcalde ausente, más pendiente de la foto y de su futuro político en Sevilla que de los problemas de la ciudad. La falta mantenimiento de zonas verdes y espacios públicos, de limpieza y de equilibrio en equipamientos y servicios municipales entre barrios constituyen las principales quejas de los almerienses durante todo el año y, especialmente, en estas fechas.

A pesar de las prisas y de la improvisación, del malestar que el PP ha generado en los artesanos y en los pequeños empresarios de tiendas, bares y restaurantes del centro de la ciudad, estoy convencida de que los almerienses llenarán de vida la ciudad para disfrutar de los días más especiales del año.

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