En memoria

Rocío Fernández Zamora

Necesitamos un Gobierno

Nada nuevo en el horizonte, estrategia y mediocridad, en el comportamiento de nuestra clase política

Confío en que la madurez democrática que necesita este país va a llegar más pronto que tarde porque los muchos retos que tenemos por delante nos convencerán de que nuestro bienestar y progreso va en ello y porque la vía está clara; los pactos y coaliciones hechos pensando en los ciudadanos. Pero en lo que ya no confío tanto es en que estas vayan a ser las elecciones que nos pusieron en el camino que lleva a ella. Y es que, a pesar de que acabamos de votar y los resultados dan para tener gobierno en unas semanas, son demasiados los que parecen no ver urgencia alguna en darnos la estabilidad necesaria para afrontar esos retos ni en cumplir con la responsabilidad que ha traído el multipartidismo de aceptar el sitio que los votos te han reservado y trabajar, con las herramientas que haya en ese lado, para buscar y ofrecer propuestas de interés para el país. Y así, Casado, con los peores resultados de la historia del PP, se comporta como si esa enorme pérdida de confianza no se hubiese producido y, aunque rápidamente reclamó el puesto de líder de la oposición, ni acepta ni entiende lo que eso significa ni sabe estar a la altura de esa posición; Rivera ha decidido rechazar ese tiempo en el que decía que su partido podía mirar para cualquier lado porque les movía el interés de quienes le damos su nombre y convertir a Ciudadanos en la prolongación, la botella de oxígeno y la reserva de votos del PP (él sabrá, pero creo que lo de la regeneración le habría traído más alegrías); Iglesias, en otro gesto de generosidad politica, condiciona su apoyo al PSOE a su persona, quiere ser ministro y sabe que esta puede ser su última oportunidad y, ante eso, parece que le sobra todo lo demás porque el deber lo tiene consigo mismo; Oramas dice que, lo siente mucho, pero que sus votantes le han ordenado que, ante un pacto de Sánchez e Iglesias, los dos escaños de su partido deben de servir para llevarnos a unas nuevas elecciones y el PNV, como siempre, buscando el mejor precio para su apoyo.

En fin, nada nuevo en el horizonte, estrategia y mediocridad, mucha mediocridad, en el comportamiento de nuestra clase política pero ya no hay tiempo para excusas porque la realidad apremia y en la falta de altura de miras encontrarán poder los que no deben de tenerlo.

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