República de las Letras

Normalización del fascismo

En España tenemos un precedente monstruoso: los casi cuarenta años de dictadura franquista

En adelante siempre recaerá la responsabilidad de la "normalización" política del neofascismo en la derecha española, PP y Cs. Sus cortas miras, la mala calidad de sus políticos, su ilimitada y desvergonzada ambición de poder y su carencia de escrúpulos, junto a su ignorancia de la Historia de España, les lleva a apoyarse en la extrema derecha, dándole así carta de naturaleza en las instituciones democráticas: las instituciones de esta democracia que, llegado el momento, cuando alcancen el poder suficiente, no dudarán un segundo en destruir.

Me asombra -porque aún no he perdido la capacidad de asombrarme e indignarme ante la estupidez de quienes deberían ser modelos de prudencia, sensatez y sentido común- me asombra, digo, que sesudos políticos, periodistas, comentaristas y tertulianos vayan asumiendo y reproduciendo poco a poco los postulados bárbaros e inhumanos de los extremistas de derecha en asuntos relacionados sobre todo -y es sintomático- con la moral familiar, sexual y social: aborto, homosexualidad, violencia de género, inmigración... Debe responder eso al fondo franquista que queda en nuestra idiosincrasia, un poso de autoritarismo, intolerancia, xenofobia y machismo que se nos enseñó e inculcó desde la escuela durante tantos años.

Pues bien: ya se ha producido en Alemania el primer asesinato de una figura política importante a manos de la extrema derecha desde 1945: el pasado 2 de junio, Walter Lübcke, destacado político regional que había invitado a "salir del país" a quienes no compartieran los valores de ayuda al prójimo en plena crisis de los refugiados, fue asesinado por un neonazi. Según el Ministerio del Interior germano hay en aquel país unos 12.700 radicales de ultraderecha dispuestos a protagonizar actos violentos. Todo ello ha hecho saltar las alarmas en el gobierno de Angela Merkel, que ha lanzado un llamamiento a los países europeos para plantar cara conjuntamente a los distintos extremismos de derecha que han venido surgiendo en el continente los últimos años.

En España tenemos un precedente monstruoso en los casi cuarenta años de dictadura franquista tras una terrible guerra civil. Pero el sentido histórico, el aprendizaje extraído de la experiencia histórica, no es una de nuestras cualidades. Quizá sea esa la causa de que, pasito a pasito, algunos estén comprendiendo, "normalizando", el neofascismo. Y otros, vergonzantemente, callen.

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