Nueva Ley de Educación

La futura ley tiene como reto hacer de la educación, de uno de los pilares sociales, el principal motor del ascensor social

El Consejo de Ministros del Gobierno ha dado luz verde al Proyecto de Ley de Educación que finalizará derogando la LOMCE por una normativa que colocará al alumnado en el centro de toda la educación para darle más calidad, más excelencia y más equidad al sistema educativo público.

Para el PSOE, una buena educación es la mayor fuente de riqueza y el principal recurso de un país y de su ciudadanía. La población precisa de una ley educativa del siglo XXI que nos garantice estar en las mejores condiciones para buscar la competitividad y la excelencia aprovechando el talento de todos y todas.

Por eso, esta no es una ley más, es toda una reforma educativa en positivo que no viene a recortar derechos, a censurar y acotar como ha hecho el PP estos casi 8 años de Gobierno de Rajoy o como está haciendo ahora en Andalucía con el decretazo de escolarización en lo que puede ser el principio del desmantelamiento de la educación pública con el desprecio a la comunidad educativa. El Gobierno de Pedro Sánchez prepara una ley que supondrá la transformación de su sistema educativo para potenciar, al máximo, las capacidades de sus actores, del alumnado.

En esta profunda transformación de nuestro sistema educativo se busca sentar las bases para impulsar la modernización y la innovación del sistema educativo con una apuesta por la personalización de los aprendizajes y la obtención de mayores tasas de éxito escolar de forma transversal con los principios de

la coeducación, la educación en valores y el desarrollo sostenible como estandarte del mundo contemporáneo.

Este proyecto de ley aspira a preservar y a garantizar una educación de mayor calidad, sienta las bases para evitar las diferencias de los alumnos por razones socioeconómicas y tiene que hacer frente urgentemente a las elevadas tasas de abandono escolar que ha provocado la Ley Wert del PP durante todos estos años. La futura ley tiene el reto de hacer de la educación el principal motor del ascensor social dando estabilidad a uno de los pilares básicos del Estado, en un reto estratégico que pasa, sin más dilación, como prometimos en campaña, por dar a este país una educación inclusiva que equilibre las desigualdades, que no frustre expectativas y que pueda contar con una financiación suficiente para lograr estos objetivos para sus jóvenes.

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