La tapia con sifón

Nuevas verduras

Para que se la coman los más reacios es necesario también que la presentación en la mesa sea atractiva

Aparecen cada vez con más frecuencia nuevas variedades de verduras, que buscan llamar la atención del consumidor. Sería bueno que lo consiguieran para que aumente su consumo, especialmente entre los más jóvenes. Lo malo es que la mayoría de esas nuevas y atractivas verduras no llegan a nuestros mercados habituales. Es cierto que algunos de los puestos de la plaza son un espectáculo, pero son minoría. Por ejemplo, las minicoliflores de colores que comenté aquí no hace mucho. Por el contrario, hace más de un año que probé en Terraza Carmona unas enormes alcachofas producidas en nuestra costa de levante, pero sigo sin poder comprarlas en el mercado. En esas mismas tierras se producen nuevas variedades de lechugas que tampoco nos llegan. Y ahora le toca el turno a una variedad de col (berza para los almerienses clásicos), que me ha llegado directamente de un productor. Se trata de la col picuda, una variante de la clásica col redonda que, además de acabar en pico por uno de sus extremos, tiene un sabor más dulce y una textura más suave. Por lo demás, conserva las bondades nutricionales de la berza de toda la vida y de las "brassicas" en general: vitaminas A y C muy abundantes, calcio, antioxidantes y preventiva de algunos cánceres.

Para que se la coman los más reacios es necesario también que la presentación en la mesa sea atractiva; aquí hemos pecado siempre de rutinarios y de cocinarlas excesivamente, con lo que no sólo pierden propiedades nutritivas sino también color, sabor y digestibilidad. Voy a darles un par de sugerencias para la col picuda. La más sencilla me la recomienda el propio productor: quitar las hojas exteriores más duras y cortar en dos a los largo; colocar boca arriba en una bandeja de horno, regar con un hilillo de aceite virgen extra y unos granos de sal. Precalentar el horno a 200ºC y hornear unos 15-20 minutos, hasta que se empiecen a tostar de los filos. Otra, algo más elaborada, para tomar como entrante o como guarnición para carnes: cortar la col en tiras de 1-2 cm, laminar dos dientes de ajo y remojar un puñado de pasas. En una sartén amplia, con dos cucharadas de AOVE, saltear a fuego fuerte ajos y col; cuando pierda volumen bajar el fuego y tapar unos minutos. Destapar, añadir una cucharada de pimentón, sal, pimienta, las pasas y dejar unos minutos más: debe quedar hecha pero no pasada.

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