Tras un fin de semana con elevadas temperaturas climáticas, ayer domingo, Día del Señor, festividad litúrgica de san Antonio de Padua, la Plaza de Colón en Madrid, capital del Reino de España, se convirtió en el epicentro de la política nacional para expresar a viva voz y a pie de calle, que en caso de llevarse por el Gobierno de la Nación, a puro y debido efecto, los indultos al "procés", contra la opinión cualificada de la Sala Penal del Tribunal Supremo, será un paso más, para no solo debilitar el Estado, sino desgarrar de las entrañas constitucionales, un suicidio político de la nación española como proyecto común de convivencia.

Sí realizáramos un análisis DAFO a la situación política actual de España en su contexto nacional como internacional, saldrían más datos negativos en cuanto a debilidades y amenazas, que fortalezas y oportunidades, que haberlas las hay, pero se les vuelve la espalda con una ignorancia mediocre, de no creer en el ideal constitucional, que todos, respetando las reglas democráticas, nuestra recuperación socio - económica y proyección como país alcanzaría cotas de excelencia en la creación de empleo y recuperación del estado del bienestar social.

Para convertir estas debilidades actuales en fortalezas, no hay tiempo que perder en disquisiciones mezquinas, es volver a fortalecer la nación española, y esto solo se logra, sí somos capaces de convencer con el diálogo a la ciudadanía para que apoyen en las urnas a los partidos nacionales, quienes son los únicos que podrán garantizar con unas instituciones con prestancia y saber estar, la realización de una política integral, ordenada y responsable a nivel nacional, y a nivel internacional, no seguir con escenarios políticos equivocados, para volver a situarnos en el lugar que nos corresponde por nuestra vetusta historia presente en los que siempre, nos hemos caracterizado con claros signos de apoyos solidarios.

O afianzamos el Pacto Constitucional como nuevo ciclo político consensual, con reformas laborales, fiscales, del sistema educativo y de pensiones, que asegure la continuidad del Estado español en un marco territorial institucional de concurrencia en la gobernanza y gestión pública de los intereses generales de toda la Patria, o el camino en los próximos años no será nada halagüeño, trayendo más inestabilidad social hasta llegar a la ruptura territorial con las consecuencias dañinas que esta situación acarrearía para toda la ciudadanía. Paz y Bien.