Nuevos autónomos

El descenso en el alta de nuevos autónomos no sería, por sí solo, un indicio de que la economía va mal

La semana pasada aparecía una noticia diciendo que las altas de nuevos autónomos se hunden un porcentaje altísimo en lo que llevamos de año y lo califica como un dato inquietante sobre la economía. Me gusta la palabra inquietante, todo sea dicho. Solo leerla te eriza el vello de los brazos. Sin embargo, el descenso en el alta de nuevos autónomos no sería, por si solo, un indicio de que la economía va mal. Resulta que Almería el 21% de los trabajadores lo son por cuenta propia. Están de alta en el Régimen de Autónomos. Hoy existe un 3% más que al iniciarse la crisis de 2008. Y en ese grupo cabe de todo, desde los emprendedores a los falsos autónomos. Una figura, esta, que genera controversia. Ya ven el asunto de las empresas de la economía colaborativa, con sentencias para todos los gustos. Desde las que consideran que, en realidad, los riders son trabajadores por cuenta ajena a los que se les obliga a pagarse sus cotizaciones a la Seguridad Social a otra, reciente, que lo considera verdadero autónomo. Incluso la figura del autónomo dependiente no deja de resultar dudosa. Y, no olvidemos, que el autoempleo ha sido el empleo refugio durante la crisis. De ahí que aumente en las fases de recesión económica, cuando parte de los asalariados expulsados del empleo transitarían hacia el autoempleo. ¿Puede llamarse emprendedor a quien, con el dinero del paro, monta una tienda de chuches o es mejor considerarle un superviviente? En España los análisis realizados indican que, efectivamente, el autoempleo sigue patrones contrarios al ciclo económico. Y, por ello, en los momentos de expansión económica parte de esos autoempleados abandonarían esa situación al conseguir un puesto de trabajo asalariado. Es más ¿podría el nuevo subsidio de 52 años, con el SEPE cotizando por jubilación por el 130% de la base mínima -es decir, más que de autónomo- contribuir indirectamente al pase de autónomo a la inactividad? Sin olvidar que el asunto de la tarifa plana, convertido en una especie de competición entre el Estado y algunas Comunidades, había costado a las arcas estatales casi 3.500 millones entre 2013 y 2018, y los resultados en fomento del empleo autónomo no han estado a la altura de esa cifra. En fin que, con cautela, pero puede ser un síntoma de frenazo económico. Y que, sí, a los trabajadores autónomos necesitan un marco normativo estable, no medidas de fomento al calor de la puja política, consiguiendo que a quienes quieren iniciar una actividad por su cuenta les cuesta saber cuáles son. Quizás incluso todo eso ocurra esta legislatura. Vete a saber.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios