Núnmeros, números

Hasta la fecha, las cuentas se daban de modo cualitativo. Hay que pasar a una evaluación cuantitativa

Pues ahora les toca ponerse a trabajar seriamente. Han ganado sobradamente las elecciones; podrán gobernar sin ataduras, sin compromisos y sin necesidad de pactar con otras fuerzas políticas (como lamentablemente tiene que hacer el Presidente del Gobierno, lo que le lleva necesariamente a componendas). No tienen las manos atadas. Todo el viento de cola. Se han cumplido los deseos manifestados por Moreno Bonilla durante la campaña electoral, por lo que ya puede poner en marcha su programa que llevará, ineluctablemente en su opinión, a conseguir un desarrollo para Andalucía que cumplirá con su slogan electoral: "Andalucía (Almería, Granada…) avanza". Lo felicito por esa situación que va a vivir, y no puedo desear otra cosa que el que tenga éxito en esa empresa. Por el bien de Andalucía. Ahora bien, en circunstancias tan favorables como las que encuentra el PP es de todo punto legítimo y necesario pedirle cuentas periódicas sobre cómo van los "avances". Para eso es necesario que sepamos de modo objetivo cuál es la situación actual, que ellos sí conocen después de cuatro años en el gobierno. Hasta la fecha, las cuentas se daban de modo cualitativo ("estamos mejorando", "la situación es más positiva que antes", "es cosa de la herencia recibida"…etc). Pero estimo que ahora no es suficiente y hay que pasar a una evaluación cuantitativa. ¿Cuánto y en qué aspectos se ha mejorado (empeorado)? Para poder actuar así se precisa que el gobierno cuantifique los objetivos, como se hace en cualquier empresa. También habría que cuantificar los puntos de partida y de llegada. Pero esa cuantificación debería realizarse por alguna entidad independiente tanto del gobierno como de los partidos de la oposición. Así podríamos acercarnos en la medida de lo posible a una evaluación cuantitativa objetiva. Sé que es algo difícil, aunque no imposible: Se pueden medir las listas de espera en la sanidad, porcentaje de médicos por habitante, ratio en las clases, kilómetros nuevos o arreglados en comunicaciones, déficit público…todo eso son aspectos fácilmente reducibles a números. Postulo, por tanto, que las explicaciones en política se den apoyadas en realidades numéricas. Creo que todos saldríamos ganando. Todas las otras discusiones, como suele verse en los no-debates que sufrimos en televisión no dejan de ser, como dije hace pocos días, algo inane, vacuo, sin contenido. Y no estamos para eso.

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