Cambio de sentido

Ocupados en atarnos los zapatos

De la leña que arde en Bolivia, Chile, Colombia o Nicaragua apenas nos llegan fogonazos

Nos llegan turbios fogonazos de la situación política y social en Bolivia y Chile. Lo que está ocurriendo ahora mismo en Colombia o Nicaragua ni siquiera alcanza a llegar a los informativos. Y eso que hablamos de países hermanos, en nuestra geografía sentimental quien tiene un amigo en Buenos Aires lo siente mucho más cerca que el que lo tiene en Groninga. "Ocupados en atarnos los zapatos permanecemos quietos en el incendio", escribió el poeta Pedro del Pozo. Algo muy duro está pasando cuando los pueblos o crujen o se levantan contra sus estados -dicho sea estado en toda su acepción- y éstos responden con represión y muerte. Algo muy duro está pasando cuando se deponen -con la aquiescencia gringa y en el sacrosanto nombre de la democracia- los gobiernos y los gobernantes desde arriba. Algo peor incluso está pasando cuando se instala entre nosotros, ahítos de tanta violencia youtubeada y tanto selfi de lacias instagramers, la indolencia. Quién me iba a mí a decir que el mundo concienciado y civilizado era esto. No lo es.

Vemos el estallido, más no la chispa que lo detona. La misma imagen -la de la batalla campal entre campesinos y militares, la de los carabineros gaseando a los manifestantes, la de cientos de miles de ciudadanos protestando- desprovista del contexto que la informa, sirve a populistas, ultras y tiranos para justificar lo que les dé la gana, mientras que la comunidad internacional se piensa hacia dónde mirar, y la mayor parte de las veces elige ponerse de perfil. Quizá esto sea lo más preocupante. ¿Se figuran que en unas protestas haya 23 muertos, o que un millón doscientas mil personas colapsaran la capital? Está sucediendo en Bolivia y Chile. ¿Se imaginan que el gobierno oculte la muerte de ocho niños y niñas en un ataque militar en una zona rural? Acaba de suceder en Caquetá (Colombia). Como los fuegos del pueblo vecino, apenas nos llegan -si es que llegan- leves destellos. Y pensamos que son fuegos artificiales.

El próximo jueves 21, las principales centrales obreras y agentes sociales de Colombia han organizado un Gran Paro Nacional contra Duque. La movilización se prevé como la más grande de nuestro tiempo. Ni rastro de ello en nuestra prensa. Nos tomará por sorpresa. Volveremos -releo el poema de Pedro del Pozo- a oír gritos. A observar escenas de pánico. Nosotros a lo nuestro: estos complicados nudos de cordón de zapato.

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