Utopías posibles

Luis Ibáñez luque

Ocurrencia estival

Las familias no acostumbramos a llevar a nuestros hijos a cualquier sitio, a hacer cualquier cosa

Hace semanas, Javier Imbroda dijo que "los colegios no son guarderías". Es cierto. La función principal de la escuela debe ser educativa, aunque quien tenga hijos pequeños y no tenga quien les cuide, puede tener un grave problema. Casi en paralelo, anuncia también la reedición del plan de refuerzo estival. La idea es que aquellos niños y niñas que quieran puedan estar durante 15 días, o durante todo el mes de julio, en distintos centros educativos, haciendo refuerzo de contenidos del nivel en el que estén, y haciendo actividades deportivas. La idea en sí misma no es mala. El problema, como tantas veces, es el cómo.

Las familias no acostumbramos a llevar a nuestros hijos a cualquier sitio, a hacer cualquier cosa. Nos gusta saber qué se va a hacer, con quién, para qué... No es que desconfiemos, es que si no hay un plan claro o no nos convence la oferta, preferimos tenerlos en casa. Si a esto añadimos el peligro propio de la pandemia y la nula adecuación de los centros para sobrevivir al calor intenso, existen muchos elementos en contra. Hay una gran oferta de talleres y campamentos de verano, orientados a los idiomas, la música, las artes, deportivos, de naturaleza, o en torno al juego. Son programas que cualquiera puede consultar y ver qué va a hacer su hijo o hija en cada hora, con quién, de qué recursos se dispone... Suelen ser talleres organizados por entidades privadas, con un coste económico más o menos elevado, según el caso. La idea de que se garantice que todo el alumnado pueda seguir aprendiendo, y no dependa de sus medios económicos, es en sí misma, buena.

Sin embargo, en el caso del programa de refuerzo estival no se ha exigido ni proporcionado un programa mínimo, no se ha hablado de recursos ni de espacios, no se ha concretado ninguna actividad, no se ha seleccionado profesorado o personal de ningún modo . Solo se nos dice que el refuerzo tendrá carácter lúdico (sin especificar cómo se hará) y que habrá actividades deportivas. Y nada más. Todo esto, por no hablar de cómo los centros privados concertados se beneficiarán de este plan, o cómo participarán las empresas formativas o de actividades deportivas. Este enfoque contradice la visión de la propia Consejería de que "los centros no son guarderías". Si no lo son, ¿qué van a hacer nuestros hijos e hijas en ese tiempo? Huele a fracaso estival, fruto de ocurrencias estivales sin ningún tipo de base.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios