Oídos sordos

Si uno no está en condiciones de ofrecer una alternativa, debe facilitar que gobierne la lista más votada

Los españoles tendremos que volver a pasar por las urnas el próximo 10 de noviembre por la cerrazón de tres líderes políticos, que han hecho oídos sordos a lo que la ciudadanía pidió en abril. Cuando uno no está en condiciones de ofrecer una alternativa, debe facilitar que gobierne la lista más votada. Es de sentido común, pero es lo contrario de lo que nos hemos encontrado. De una formación que dice tener sentido de Estado, como el PP, cabía esperar que hubiera permitido la formación de un gobierno con su abstención. Sin embargo, el nuevo PP de Pablo Casado ha preferido embarcarse en una nueva cita electoral, con la ilusión de recuperar unos pocos de aquellos 2,6 millones de votos que se le fugaron a Vox.

En cuanto a Ciudadanos, se ha comprobado que está más cómodo haciéndose fotos con Vox que apoyando la formación de un gobierno moderado. Engañaron a muchos de sus votantes haciéndose pasar por una formación de centro, cuando lo que prefieren, a la hora de la verdad, es aliarse con los radicales, como ha sucedido en Andalucía.

Con todo, lo más decepcionante ha sido la actitud de Podemos. Alejándose del deseo de muchos de sus votantes, que estaban ilusionados ante la posibilidad de que España tuviera un gobierno de izquierdas estable, los dirigentes de esta formación se han dejado llevar por la ambición. En julio les ofrecimos una vicepresidencia y hasta cinco ministerios de fuerte calado social, pero no les pareció suficiente. Fue entonces cuando constatamos que no estaban por la labor de conformar un gobierno estable y cohesionado. La decepción fue grande, pero los socialistas no podíamos asumir una opción que terminaría dañando a España de manera irremediable. Repetir las elecciones no es plato de buen gusto, pero con esos mimbres era imposible otra salida y ahora estamos ante una nueva oportunidad para que la ciudadanía vuelva a decir, más claro si cabe, que quiere un gobierno progresista. Nosotros seguiremos actuando con respeto a nuestros principios, que están por encima de cualquier ambición personal y de cualquier cálculo partidista. Queremos una España de progreso, con un gobierno estable y cohesionado que pueda hacer frente a los retos que tenemos por delante. No nos queda más que confiar en que la ciudadanía vuelva a darnos su apoyo, con una fuerza tal que nadie pueda volver a hacer oídos sordos.

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