En Memoria

Rocío Fernández Zamora

TODOS PERDEMOS

Los refranes son pequeños cofres, que guardan en su interior toda la sabiduría de la experiencia milenaria del ser humanoLos partidos políticos pierden respeto, credibilidad y utilidad y, perder eso, les lleva a perder su privilegiado lugar en el sistema

Pudo ser pero no fue. El 28 de abril de 2019 no va a ser la fecha del inicio del fin de este impredecible, convulso y, para muchos, desalentador capítulo de nuestra historia política que se inició con la desaparición del bipartidismo, ni el día tras el que nuestros políticos comenzaron a dejar de ser considerados uno de los principales problemas del pais, ni tampoco el momento a partir del que toda nuestra atención pudo centrarse en los complejos desafíos que va trayendo este periodo de tremendas exigencias medioambientales, tecnológicas, sociales y económicas; No, no va ser nada de eso, todo eso tendrá que esperar, pero lo que si puede llegar a ser el 28 de abril de 2019 es el día tras el que se fueron demasiadas cosas y esto, si queremos estar en disposición de afrontar el siguiente trance, debemos evitarlo. Y es que, en este último proceso de investidura, todos, sin excepción, hemos visto debilitarse nuestras posiciones pues todos, actores y espectadores, hemos sufrido pérdidas en aquello que nos sustenta; Pero la intensidad de esas pérdidas aún se puede modular y es a la tarea de minimizarla hacia donde nos conviene dirigir ahora todos los esfuerzos: El país pierde Política y Democracia en ese sentido que obliga a escribirlas con mayúsculas, capacidad de reacción frente a los desafios, prestigio, competitividad y algo esencial en este mundo acelerado e hiperconectado: tiempo. La ciudadanía pierde poder; Si nuestro voto, si nuestra expresión, deja de ser un mandato para convertirse en una propuesta no vinculante y si nuestras necesidades, razones y tiempos son los que han de sentarse a esperar en la antesala, pocas armas nos quedarán para protegernos de aquellos que consideran que todo eso es lo correcto. Y también pierde unión pues la incapacidad de diálogo de nuestros líderes y su mutua desconfianza acaban siendo las nuestras.

Los partidos políticos pierden respeto, credibilidad y utilidad y, perder eso, les lleva a perder su privilegiado lugar en el sistema pues, como dijo el respetado político antifascista y presidente de la República Italiana desde 1978 a 1985, Sandro Pertini: "Los partidos políticos seguirán siendo la levadura insustituible de la democracia a condición de no aplastar la sociedad civil, resistiéndose a la tentación de suplantarla". Y quien resulte Presidente del Gobierno tras el 10 de noviembre habrá perdido margen de maniobra pues estará bajo la potente lupa de la desconfianza y del mayor descrédito de la clase política de la historia de nuestra democracia. Y así las cosas, perdamos, pero hagámoslo aprendiendo de lo ocurrido y con un mayor compromiso con la Democracia pues, parafraseando una de las tantas frases célebres de W. Churchill, por muy inhóspita que se vuelva una democracia siempre será mas acogedora que las restantes formas de gobierno diseñadas por el hombre.

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