Posición de la oposición

¿Cómo que la oposición debe limitarse en exclusividad a derrocar al Gobierno? ¿Por qué no colaborar con propuestas?

Después de estar todo el día dando vueltas en torno a los olivos para recolectar aceitunas (pocas) y de estar dándole vueltas (muchas) a una idea, he vuelto al cortijo y me he sentado a escribir esta cosa. La idea que me ha estado mareando la leí hace algunos días en un periódico expuesta por una pluma que me parece más que respetable. En esencia decía que el papel de la oposición, según los usos democráticos, es procurar defenestrar al gobierno y ocupar su lugar. Casaba esa idea con la que abunda también, y que no comparto, según la cual la finalidad de los partidos políticos es alcanzar el poder. De ahí se derivaría que nunca debe la oposición prestar su colaboración al gobierno porque estaría actuando en contra de lo que DEBE hacer. Me resulta inaceptable. ¿Cómo que la oposición debe limitarse en exclusividad a derrocar al gobierno? Yo no lo admito en modo alguno. Sobre todo me resulta demencial que, quienes defienden esta tesis, hayan puesto al pie de los caballos a Pedro Sánchez diciendo que lo que quería era llegar al poder, que todo eran maniobras para mantenerse en el sillón. Según estas premisas, parece que se limitó a actuar de acuerdo con lo que debería hacer. No quiero justificar con esto a Pedro Sánchez, en el que encuentro actuaciones, antes y después de su defenestración, que son criticables. Solo quiero destacar que los que así le acusan incurren en una fuerte incoherencia. Pero volviendo al tema que nos ocupa, debo recordar que, cuando se conocieron los resultados electorales, a casi todos los comentaristas que conozco se les llenó la boca diciendo que "era llegado el tiempo de los pactos", que "el fin de las mayorías absolutas abría la puerta y exigía el diálogo". Según esto, ¿quiénes son los que deberían dialogar? ¿Ganadores con ganadores (absurdo) o ganadores con perdedores, es decir, gobierno con oposición? ¿No debemos pensar que la oposición también forma parte del gobierno, cuya finalidad es la búsqueda de beneficios para la comunidad? La oposición debe oponerse y controlar al gobierno. Pero ¿por qué no colaborar con el gobierno haciendo propuestas, quizá nunca pensadas y difícilmente aceptadas por el gobierno, en la creencia de que esa propuesta redundará en un bien para la sociedad? Es lícito buscar el poder. Es un despropósito considerar el poder como un fin en sí mismo. Y por desgracia es eso lo que se deduce de las palabras de Soledad Gallego.

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