República de las Letras

La problemática vuelta al cole 3

Conciliar es compaginar horarios para que padres y madres trabjenmientras los niños están en clase… o no

No han sido capaces de elaborar un plan de vuelta al cole con seguridad en medio del coronavirus. Ni de organizar la prevención de la propagación de la pandemia en Andalucía. Almería es de las provincias más afectadas por los rebrotes, más incluso que Barcelona (Diario de Almería, sábado 15-VIII-2020, pág 2). Los sanitarios vuelven a clamar por que no se llegue al colapso de los hospitales y las ucis. Los pediatras reclaman -como vienen haciendo cada año- un plan de vuelta a los colegios, basado en la ciencia epidemiológica, que comprometa a todos los sectores educativos, para que el próximo curso escolar sea de mínimo riesgo para los niños. Pero la Junta se ha mostrado manifiestamente incompetente en este asunto. Ha descargado la responsabilidad en los equipos directivos y no asume que sin reducir la ratio, sin acometer obras, sin incorporar a los colegios personal sanitario y sin poner en marcha recursos metodológicos innovadores y medios técnicos masivos que complementen la enseñanza presencial, es arriesgado volver a las clases. No se ha querido enturbiar el veraneo de los que veranean ni poner límites al negocio hostelero -léase bares y ocio nocturno que dicen ahora-, en una actitud cobarde, simplista, basada sólo en la economía y en no perder votos. Y así estamos. Sólo queda la esperanza de que las medidas que proponga Salvador Illa esta semana deparen una vuelta al cole segura.

El gran problema es la llamada conciliación. Conciliar, se entiende, es compaginar horarios de colegios e institutos con horarios laborales para que padres y madres puedan trabajar mientras los niños están en clase… o no. Y se quiere resolver sin exigir colaboración a las empresas y organismos oficiales para que, por ejemplo, escalonen los horarios de incorporación y salida de los trabajos, como también debe hacerse con los colegios e institutos, y propongan jornadas flexibles complementadas con trabajo telemático -cuando sea posible-. Al fin y al cabo, sería sólo un curso, ¿no? La conciliación es esencial para la economía, pero si no se exigen sacrificios y voluntad de colaboración la pandemia puede ganarle la batalla a la economía. Aquí hacen falta políticos valientes que corran grandes riesgos, como el de ser incomprendidos y perder votos. La salud colectiva lo exige. ¡Cuánto me alegro de no ser político! Y de ser un maestro ya jubilado. ¡Qué gran problema, la vuelta al cole!

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