Carta del Director/Luz de cobre

PSOE de Almería: todos a una al congreso federal

Es posible que el sabor de la oposición ejerza de efecto balsámico para suavizar las guerras de liderazgo y personas

La evolución del socialismo almeriense en los dos últimos meses discurre hacia una normalidad nunca vista en las prietas filas del partido en la provincia. Atrás parece, sólo parece, que quedan los tiempos en los que el refrán "cuerpo a tierra que vienen los míos" cobraba sentido un día sí, otro también y el de en medio.

La integración y lista cremallera de los delegados que este otoño acudirán a Valencia a participar en el Congreso Federal, el más tranquilo que el partido que fundara Pablo Iglesias vivirá en muchos años, muestra una tendencia al equilibrio que tiene despistados a muchos militantes amigos del hacha y cuchilloentre los dientes de esta fuerza política, sobre todo en procesos congresuales.

O los hombres de José Luis Sánchez Teruel y Fernando Martínez, (secretario provincial y secretario de la agrupación local) están jugando al despiste, o podemos estar viviendo un cambio de tendencia, en el que todos tienen o se les busca un hueco, que redunda en mejorar una imagen maltrecha y herida por las continuas peleas a las que nos tienen acostumbrados.

Es posible, sólo posible, que el sabor de la oposición, no ya en los municipios importantes, sino también en Andalucía, y con unas perspectivas complicadas, esté ejerciendo de efecto balsámico para calmar liderazgos, deseos personales y compromisos complejos de satisfacer a corto plazo.

Es esta la opción razonable, la que muchos de los militantes y simpatizantes quieren encontrar en los últimos movimientos de la cúpula socialista almeriense. Luego está la otra, la de toda la existencia del partido, la que una y otra vez se abre paso a fuerza de filtraciones, juego sucio y lucha de poder a brazo partido.

Aunque está por aflorar, cuando hablas con militantes piden el sosiego necesario y la espera pertinente a que el Congreso Provincial se acerque. Será entonces cuando toda la mansedumbre y el equilibrio que hoy se vive en el viaje de delegados al Federal de Valencia saltará por los aires como los cristales de una luna de un automóvil golpeada por un mazo.

Planteadas las dos opciones expongo mis dudas sobre la que pueda imponerse en las próximas semanas o meses. Hasta hoy ninguna decepción electoral ha ejercicio como bálsamo de Fierabrás para ninguno de los militantes que optan a cambiar de líderes, liderazgos y políticas. Al contrario. La batalla ha sido, si cabe, más cruenta que en otras ocasiones, porque las perdidas son escasas o ninguna. Aunque siempre hay oportunidad de cambiar, modificar comportamientos y pensar en aquellos que todavía, y con la que está cayendo, mantienen intactas sus tendencias y creencias en un partido con más de 150 años de historia. Pero como el objetivo es que les sea sincero, mucho me temo que volverán a la andadas.

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