La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

PSOE: avalistas o militantes

La esperanza de Pedro reside en que el liderazgo del PSOE no lo deciden los avalistas, sino los militantes (en secreto)

La recogida de avales entre los militantes para poder presentar candidaturas a la secretaría general del PSOE ha empezado con un buen golpe de efecto del candidato Pedro Sánchez: la incorporación a sus filas de Carmen Hermosín. Refuerza su candidatura por varios motivos: es de y vive en Sevilla como Susana Díaz, fue secretaria general del PSOE sevillano, se integró durante muchos años en el aparato federal y estuvo en la foto de la tortilla de los refundadores del socialismo. Por fin, una histórica en la lista pedrista. Una sola. Menos que nada.

Cada candidato necesita 9.368 avalistas, un 5% del total de militantes que figuran en el censo oficial: 187.000, frente a los 198.000 que había durante las primarias de 2014 en las que salió elegido Sánchez. Pocas bajas me parecen a tenor de la zozobra y el desánimo que aquejan a la organización. Cada candidato está afrontando de manera diferente la búsqueda de avales.

Para Susana Díaz la recogida de avales es una exhibición de fuerza. Sabe que en este terreno gana a los otros porque tiene a su disposición un aparato, tanto institucional como orgánico, muy superior a Pedro y a Patxi, además de la influencia de alcaldes y líderes locales y el aval de la vieja guardia casi en su totalidad. Ya tiene experiencia en apabullar a sus rivales (Luis Planas no pudo disputarle el liderazgo del PSOE andaluz por insuficiencia de avales) y decantar a los afiliados indecisos en favor de la ganadora. De ella.

Patxi López ha renunciado de antemano a la batalla por los avales, consciente de la condición minoritaria de su candidatura de tercera vía encorsetada entre tirios y troyanos. En el frente de Pedro Sánchez han cometido el error de aceptar el desafío de Susana, asumir como objetivo el logro del mayor número de avales posible... y decirlo públicamente. Mal hecho porque ahí Susana es imbatible y Pedro aparecerá derrotado en este primer asalto.

Más acertada me parece la tesis del pedrismo de que los que elegirán al secretario general del PSOE no serán los avalistas, sino los militantes todos, uno a uno y en secreto, sin control ajeno, sin miedo y sin otro criterio que su libre voluntad. Y es verdad que las bases socialistas siempre han sido más radicales que sus dirigentes, que el "no es no" a Rajoy sigue teniendo buena prensa en las Casas del Pueblo y que castigar al aparato es una de las aficiones más queridas, y aparentemente menos onerosa, de la militancia. Se verá.

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