República de las Letras

PSOE y poderes fácticos

A Pedro Sánchez, como dije hace poco aquí mismo, le ha dado miedo la presión de esos poderes en la sombra

Pués qué quería Pedro Sánchez? Primero pretendía que Unidas Podemos le prestara sus 42 diputados en un llamado gobierno de "colaboración" sin precedentes en Europa. Es decir, que le apoyaran durante la legislatura, cada vez que necesitara sacar adelante una ley, a cambio de… prácticamente nada. Iglesias insistió en el gobierno de coalición, y la gente, por encima de las filias y fobias de cada cual, debe tener claro que tanto Pablo Iglesias como su formación parlamentaria han renunciado a muchas cosas importantes para conseguir formar ese gobierno con el PSOE, y que Pedro Sánchez se ha ido "rajando" a cada paso -en puro estilo socialista- porque, en el fondo, y como confiesa en privado, lo que quiere -y lo quería desde un principio- es convocar nuevas elecciones porque cree que van a beneficiar a su partido. Iglesias ha ido renunciando a Hacienda, a Trabajo y Seguridad Social, a Ciencia. Le dejaban Sanidad, Vivienda e Igualdad… si renunciaba a entrar él mismo en el gobierno. Y renunció también, a cambio de la gestión de las políticas activas de empleo: tampoco.

Pero nada de eso es importante ya. Lo importante es que a Pedro Sánchez, como dije hace poco aquí mismo, le ha dado miedo. La presión de esos poderes en la sombra que en realidad gobiernan la Unión Europea, de la CEOE, del Íbex 35, de los bancos, de las eléctricas, etc., y el temor a Trump, le han impedido formar gobierno de coalición con la izquierda y ha preferido transferir el problema a septiembre. Pero entonces el problema ya tendrá otras connotaciones por la presión de la proximidad de las sentencias a los independentistas catalanes: Rufián ya no se abstendrá.

Así que Pedro Sánchez no es que no ha podido formar gobierno con Iglesias, es que no ha querido. Los votantes socialistas deberían hacer recuento de sus frustraciones ideológicas y considerar si votando al PSOE se podrá construir en España alguna vez el socialismo. Y si no, para qué votarle. Para qué sirve ese voto de la izquierda social si el partido que lo recibe se pliega constantemente a las exigencias de los poderes económicos e imposibilita así avanzar hacia gobiernos progresistas que suavicen las aristas frías y tantas veces crueles del sistema capitalista liberal. En este tira y afloja decepcionante en que nos han tenido sumidos durante casi tres meses, Pedro Sánchez y el PSOE se han mostrado como súbditos de los poderes fácticos

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