Pagar el paro

Percibir el paro tiene una finalidad: servir de puente económico mientras se pasa de un empleo a otro

Han tenido que trascurrir diez años para que el antiguo INEM pueda volver a pagar a los parados sin tener que pedir dinero al Estado. Parece un acertijo eso de que un Organismo del Estado ya no tenga que pedir dinero al Estado para cumplir una obligación del Estado, lo sé. Tiene una explicación. El desempleo se paga con las aportaciones de trabajadores y empresarios. En los años duros, entre 2009 y 2013, el gasto anual en pagar el paro superaba los 30.000 millones. La suma de tan solo cuatro años, de 2009 a 2012, da 116.000 millones. Fueron años en que trabajaba menos gente y cobraban más. Así, con las aportaciones de trabajadores y empresarios no bastaba y el Estado tenía que coger dinero de los impuestos, que, por si fuera poca desgracia, eran menores porque la gente era más pobre.

Comparar el antes y el después se asemeja, de esta forma, a la publicidad de las dietas. En 2017 el gasto en prestaciones por desempleo fue de 15.000 millones. Tres años después ya estaba en 32.250, de los que 19.250 los ponía el contribuyente vía impuestos. Imaginen la cantidad de autopistas radiales que se hubieran podido hacer con ese dinero. Y rescatarlas ahora. Pues bien, este año el Estado apenas tendrá que poner nada. Han tenido que pasar diez años.

Las razones del ahorro no son únicamente que baja el paro. Esa también. Además, los que llevaban mucho tiempo desempleados y que suelen coincidir con los últimos en regresar al empleo por aquello de cuanto más tiempo sin trabajo más fácil que no lo encuentres, han ido agotando lo que todo mundo llama el paro, que es la prestación, y pasando a subsidios.

¿Y Almería? Hubo meses en que la factura superó los 50 millones. El último dato, marzo de este año, está en 23 millones. Claro, es importante saber cuántas personas cobran. No vaya a ser que el ahorro radique en no pagar. Lo cierto es que sube el porcentaje de parados cobrando. Lentamente, pero hace un año cobraba la mitad de ellos -dicho así suena más suave que escribir que la mitad no recibía nada-. Ahora cobran seis de cada diez.

En teoría, percibir el paro tiene una finalidad: servir de puente económico mientras se pasa de un empleo a otro. Un puente en el que a muchos ciudadanos le faltaba una orilla, el nuevo trabajo. El paro baja pero sigue siendo un 60% superior al de hace diez años, vamos a confiar en que llegue el momento en que esa teoría sea realidad.

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