Qué habría pasado en los medios de comunicación, la prensa en papel y digital, las televisiones y radios, si ese tío que planeaba matar al presidente Pedro Sánchez y que tenía en su casa un gran arsenal de armas de asalto y de guerra prohibidas hubiese sido un independentista catalán? Resulta que la derecha le quita importancia al tema. Y con razón. En parte, al menos. El caso no iría más allá de un exaltado que, calentado por sus colegas en las redes sociales, por los voceros de extrema derecha de las tertulias de radio y televisión y por los artículos alarmistas, catastrofistas y crispadores que publica la prensa afín a la derechona pura y dura de este desgraciado país -desgraciado por no disponer de una derecha democrática-, no habría sido, digo, sino el desahogo de un extremista, si ese extremista no hubiera tenido en casa todo ese armamento. Si se hubiese tratado de un exaltado, calentado y extremista independista catalán, las redes y los medios estarían ahora mismo echando humo de furia. No por la amenaza a Pedro Sánchez en sí, sino porque el amenazante fuese catalán e independista.
Me dicen que "vaya con Pedro Sánchez, que al final ha permitido que sea la gente y no la banca quien pague el impuesto de las hipotecas". Explico que ha sido decisión del Tribunal Supremo, pero no se apean de lo dicho. De manera que si el Supremo dice que pague la banca, es cosa de la presión que Pablo Iglesias le hace a Pedro Sánchez y éste, a su vez, al alto tribunal. Y si el Supremo determina que sean los hipotecados quienes paguen, entonces es que se han bajado todos los pantalones ante la banca. Nadie más tonto que quien repite consignas del partido de sus preferencias sin pensar por sí mismo. Es lo que no tiene la izquierda -la de ahora-, que cada militante, cada simpatizante, opina a su manera sobre todo lo que hacen y dicen los políticos.
Mientras tanto, permítanme que me ría de esa especie de exhortación de Pedro Sánchez a la Banca, confiando en su supuesta responsabilidad, para que en el futuro no repercuta de otra forma los impuestos de las hipotecas en los clientes. Pues no debería confiar tanto y debería legislar más. Este país no es Estados Unidos ni Alemania. Este país no arrancará tras la crisis hasta que no se meta en cintura a la Banca, las eléctricas, las telefónicas, las petroleras, las aseguradoras… Hay que legislar para la gente que paga sus impuestos.
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