Paroxismo en el ecologismo

Ay qué pena, Ay qué pena, que los líderes contaminen, y que no hagan como Grieta. Ah no, que eso no rima

Greta Thunberg se pronuncia Grieta Tunberi. Esto ha sido corroborado por una nativa conciudadana de la ilustre, omnipresente y nueva gurú del cambio climático, o sea que a partir de ahora debemos hablar de Grieta y no de Greta. La Grieta pizpireta salvadora comprometida infante virginal guía de los afirmatistas (por contraposición a los negacionistas). Grieta o Greta se sacrifica por todos nosotros. Sacrifica su niñez, su pubertad, su adolescencia y su juventud por todos nosotros. Sacrifica las maravillosas horas que los adolescentes dedican a aprender ecuaciones para que esos adolescentes puedan aplicar las ecuaciones alguna vez en el futuro. Sacrifica las horas fascinantes levantándose a las siete de la mañana para ir al colegio o instituto por cámaras, catamaranes, multitudes, micrófonos, periodistas, seguidores, medios y portadas. Yo cada vez que pienso en Greta o Grieta me imagino a Pippi Calzaslargas pero luego veo la foto de Greta-Grieta y veo que le faltan las coletas horizontales, las pecas y las calzas largas. Pippi Calzaslargas también era ecologista. Pippi Calzaslargas era el cambio climático ella sola, era el norte, el sur y la serie que seguro que si la veo ahora me parece una serie para bobos pero antes era lo más, la filosofía de vida, el espíritu, la lógica y el alma antisistema. Pippi se te adelantó, Grieta, ella sí que era una verdadera gurú y ahora sólo podemos pensar en su imagen cuando pensamos en ti. Siempre que hay una reivindicación, hay un o una Bardem que asoma la cabeza. Bardem es el progre y Antonio Banderas el carca. O sea que en el extranjero estamos bien representados todos, falta el torero y el cantaor de flamenco pero todo a su tiempo. Bardem arenga a pique de quedarse ronco y llama estúpido a tal y estúpido a pascual. Luego se arrepiente por twitter, como mandan los cánones. O también vale llamar estúpido por twitter y luego arrepentirse ante los micrófonos. El caso es estar en twitter y en los micrófonos. Nadie capta el truco y por eso siempre funciona. A Bardem le falto citar a Carmena. Yo lo hubiera hecho tras cada alusión exclamando versos que dijeran Ay qué pena, Ay qué pena, que el alcalde sea hombre, y no se llame Carmena. Y haría otra alusión floreada. Y propondría corear al público diciendo: Venga, ahora todos: Ay qué pena, Ay qué pena, que los líderes contaminen, y que no hagan como Grieta. Ah no, que eso no rima.

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