¿Participios o adjetivos? ¡Mejor eufemismos!

Pero vivimos en una realidad muy adjetivada; realmente, mucho más adjetivada que sustantivada

Es bien conocido el uso que hacemos de las palabras al construir enunciados: buscamos siempre en el mensaje un mayor o menor impacto en una dirección marcada y con un interés muy determinado. Únicamente voy a entrar en un aspecto muy concreto, porque es el que más me está llamando la atención en tiempos recientes. Todos (los que escuchamos con interés una retransmisión deportiva) recordamos el comentario, que parece que va en el contrato del profesional del periodista deportivo, de un "(a los tres minutos de juego) el electrónico sigue inalterable en [digamos] Los Juegos Mediterráneos", para expresar que aún no se marcado gol alguno por parte de los equipos en contienda. ¡Cómo que "inalterable"! Lo que se quiere y se debe decir es "inalterado". Inalterable sólo será el resultado final: Participio 0 - Adjetivo 1. Pero este ejemplo es desinteresado, fruto de ese deseo (impetuoso) de repetir el (típico) tópico de otros que precedieron al locutor de turno más que de instruir y aleccionar nuestras mentes por parte de un ente superior. Se antoja goleada: Participio 0 - Adjetivo 3.

No es así cuando se nos dice que >. Una verdadera cataplasma de relajación moral, porque lo que se quiere decir es que la pandemia, con sus consecuencias sanitarias directas y sus derivadas económicas naturales, ha "vulnerado" ya a más de la mitad del planeta…, pues realmente "vulnerables" somos el 100%: Participio 1 - Adjetivo 3.

Pero vivimos en una realidad muy adjetivada; realmente, mucho más adjetivada que sustantivada. ¡Llega el empate 3 - 3, inmerecido, con estos dos goles en propia meta! Ya tampoco usamos aquella perífrasis verbal tan socorrida de > (que podría haber dado otro tanto al Participio con gol de "desarrollables") para referirnos a los países (pobres por) empobrecidos por otros terceros. (Hubiera significado el 4-3.)

En todo caso, me interesa descubrir cómo necesitamos que la realidad se nos edulcore, se nos presente amable; como si no tuviera que ver con nosotros. Se nos presenta casi ajena. En cualquier caso, ninguno de los seis o siete goles se obtuvo de modo brillante en este choque que hemos narrado: todos fueron en propia meta, fruto del intento de suavizar la realidad de modo que no se dañe nuestra cotidianeidad. ¿Hay partido?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios