De Reojo

José MARÍA Requena Company

Pedagogía de la realidad

Tener criterio no suele ser un don infuso. Tener o no tenerlo suele ser el fruto híbrido de la ilustración madura

Es lo que pasa cuando falta criterio, que se toman decisiones ?en cualquier orden de la vida? a golpe de ocurrencias: que todo acaba siendo o corto o excesivo, que todo se vuelve inestable o pendular. En este país hemos pasado del confinamiento más riguroso al desescalo más liberal que nadie; de despreciar el uso de mascarillas a imponerlas so pena de multa; de concentrar todo el poder en un Gobierno, a fraccionarlo, disuelto entre diecisiete. Todo a golpe de decretos, con el Parlamento al pairo, o casi. Pero tener criterio no suele ser un don infuso. Tener o no tenerlo suele ser el fruto híbrido de la experiencia e ilustración maduras, proceso que, entre nuestros líderes, solo brillan por su ausencia. Porque, ¿qué experiencia, como gestores de conflictos colectivos exhiben los currículos de Sánchez, Iglesias, Casado o Arrimadas? Ninguna. Y si evalúan a los dirigentes autonómicos, caerán en cruda depresión: ningún mérito ni capacidad competitiva acreditan para estar ahí. Se dirá que tienen equipo técnico que les asesora. Vale, pero hasta para tener equipo, hay que tener un cierto criterio porque el instinto medrador de este tipo de políticos al uso les aconseja valorar más al asesor leal que al que pueda hacerle sombra. Así que no descarten que ahí radique alguna concausa de nuestro triste liderazgo pandémico: en la falta de criterio para priorizar, desde el primer momento, una pedagogía social, a fuer de mostrarnos una realidad, trágica sí, pero didáctica también, que nos concienciara de la gravedad de la crisis, siguiendo esa regla de oro de la publicidad: lo que no se enseña no existe. Un criterio sobre el que otrora se alzaron las exitosas campañas contra accidentes de tráfico, o mostrando imágenes impactantes en las cajetillas sobre los dañinos efectos que ocasiona el fumar. O como sugería Pérez Reverte el otro día en XL Semanal: mostrando cadáveres. Para impactar a la población menos ilustrada y emocionable ?quizá la más cándida y por ende la más difusora del virus?, a través de la visión impactante, en vez ocultar los terribles efectos virales, con la excusa de no herir sensibilidades. Una pedagogía de la realidad relegada con la excusa de no herir sensibilidades, aunque a la vez oculte la impericia de la gestión. Y claro, vuelvo a despotricar de esta partitocracia degenerativa, incapaz de captar líderes con formación y criterio para encabezar las listas que votamos

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